La vida al margen de los europeos residentes
El refrán dice que "cuando hay tres ingleses juntos forman un club". La comunidad británica residente en Alicante vive como si estuviera en el Reino Unido: habla su idioma, mantiene sus costumbres, frecuenta sus bares, tiene periódicos y radios propias para informarse e incluso empresas especializadas que prestan todo tipo de servicios para el hogar. La británica Sylvia Tatnell, concejal de Servicios Sociales en Teulada, población de la Marina Alta que tiene mayor porcentaje de residentes extranjeros que de españoles, admite que se han ido agrupando en asociaciones y club privados de todo tipo. De carácter cultural, de ocio o de prestaciones sociales.
La edil del PP, que lleva 38 años residiendo en España, cita como ejemplos el Club Leones, los Masones, la hermandad Rotarios, la asociación de ex marines Costa Blanca o la Legión Británica. La mayoría de ellos recaudan fondos en sus galas y actos benéficos para ayudarse entre ellos, algo que también hace la Iglesia Anglicana. "Para algunos los clubs son el centro de su vida, les sirve de ayuda cuando llegan aquí y les permite encontrar amigos", explica Tatnell, quien observa que entre las generaciones más jóvenes de residentes el grado de integración con los españoles es mayor, y como prueba destaca las comparsas de las fiestas de Moros y Cristianos. "Hay de todo, cada vez se interesan más por la política o las cosas de aquí", matiza. Su compañera la edil Chantal Giron, de origen francés, explica que en la filà de Las Conquistadoras todo son mujeres y de diversos países (inglesas, francesas, alemanas y españolas). "En la fiesta participan, pero también hay otras asociaciones culturales que hacen viajes por lugares de España que les interesa mucho", admite la edil de Hacienda en Teulada.
Los alemanes también tienen su propio sistema de relaciones sociales mediante asociaciones privadas que en Navidad se encargan de organizar los típicos mercados en los que se ofrece vino caliente. Los franceses se juntan para ver cine en versión original, celebran el 14 de julio, y los holandeses juegan a cartas.
"Viven aislados", concluye el profesor de Sociología del Turismo de la Universidad de Alicante, Tomás Mazón. "No saben español, ni les interesa, compran en supermercados donde cogen lo que necesitan (productos de sus países) sin hablar con nadie, tienen sus medios de comunicación y sus clubs", asegura este experto, que tilda de "nula" la integración de este colectivo. "Son buena gente, no causan problemas pero no les pidas que participen, que no lo hacen", agrega.
Según los estudios realizados sobre el comportamiento de los 271.119 europeos residentes en la provincia de Alicante, los británicos son los más reacios a aprender español. Según la socióloga Raquel Huete, el 57,6% de los alemanes no tiene ningún amigo español, un porcentaje que se eleva al 72,1% entre los británicos. El 25% de los europeos residentes en Alicante admite que no necesita saber español para vivir aquí, y el 75% argumenta que uno de los motivos para continuar viviendo en España es, precisamente, que "no hace falta hablar castellano". El punto de conexión se produce cuando necesitan servicios públicos: el 46% admite que en el último mes ha visitado al médico, otro 25% utiliza instalaciones deportivas, y un 20% culturales como las bibliotecas. "Cabe preguntarse si hay una interacción fluida a nivel institucional, y otra relación muy pobre entre ciudadanos de fuera y los de aquí", concluye Huete.
Pero no todos los europeos se comportan igual. La diferencia radica entre los que vienen de retiro a descansar y los que vienen a trabajar. "El nivel de integración es muy alto, lo primero que hacen es aprender el español para poder trabajar", explica la rumana Catalina Iliescu Gheorghiu, presidenta de la Asociación Cultural Aripi en Alicante. Los rumanos se relacionan a través de las iglesias ortodoxas, luego forman grupos de amigos en función de su región de procedencia o actividad laboral. "Se integran con facilidad porque la lengua es parecida, la cultura también y el carácter latino influye", explica Iliescu.
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