Las multas a ciclistas y 'skaters' en Valencia enfadan a ambos colectivos

Circular en bicicleta, en patines, o deslizarse sobre un monopatín, se ha convertido en un ejercicio complicado en Valencia. Los intentos del Ayuntamiento en los últimos meses de ordenar el tráfico sobre dos o más ruedas -coche al margen, que para algo es el rey de la calzada- han soliviantado a los usuarios.

El cerco municipal comenzó en febrero con multas a varios ciclistas por no apearse de su transporte en plazas del centro en las que acaban varios carriles de la inconexa e incompleta red de Valencia. Ahora, una modificación de la ordenanza de circulación ha provocado el enfado entre patinadores y skaters, que se arriesgan a multas de hasta 500 euros por desplazarse en aceras, plazas y calles peatonales. El Ayuntamiento pretende restringir su presencia a "los espacios destinados al efecto", y como bien advirtieron ayer un centenar de jóvenes reunidos en una protesta ante el Consistorio, estos lugares brillan por su ausencia en Valencia. El Jardín del Turia, con un área de monopatín en El Gulliver, y poco más.

El equipo de gobierno, del PP, defiende que quiere "incrementar la seguridad de los peatones", pero los jóvenes le replicaron ayer al grito de "¡som esportistes, no criminals!" y exigieron menos Fórmula 1 y más skater parks. Algunos padres acudieron a apoyarles y uno de ellos, Guillem Ordinyana, actuó de portavoz con megáfono en mano: "Solo quieren patinar, ¿acaso es mejor el botellón?"

El concejal socialista José Luis Ábalos presentó ayer alegaciones al cambio de la ordenanza de circulación para que se controlen abusos, pero principalmente se fomente una "conciencia cívica" del espacio compartido.