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Columna
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La justicia en la UVI

"El sistema judicial no sirve, hay que cambiarlo". No lo ha dicho una plataforma sindical ni un colectivo de usuarios, sino el mismísimo Augusto Méndez de Lugo, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía, que es bien distinto. He tardado una semana en asimilar el calado de su afirmación y voy a intentar extrapolar las cifras del atasco judicial -reconocidas por él mismo- a otro servicio público fundamental, por ejemplo el de Salud, ya que igual resultan así más entendibles.

Imaginen que el gerente del SAS reconociera que el sistema sanitario no sirve y que hay que cambiarlo. Y que para justificarlo esgrimiera que las listas de espera acumulan 411.893 enfermos, con un atasco que va aumentando en 12.000 pacientes por año. Que admitiera, además, que por la falta de medios técnicos y humanos, hay pacientes sanos encamados por olvido y enfermos a punto de morir porque los historiales clínicos no están informatizados. Supongamos que ese gerente dijera que el mayor atasco se da en las enfermedades más graves, con 165.475 pacientes esperando su medicación. Y que existieran también 45.705 enfermos que deberían ingresar de inmediato en un hospital, pero que todavía están en la calle porque el SAS no les ha comunicado la enfermedad o tan siquiera los encuentra para comunicársela.

Ahora imaginemos que este análisis no es obra de un gerente que acaba de llegar al cargo, sino de uno que lleva trece años al frente del sistema y acumula tres mandatos consecutivos. Y que durante ese tiempo, este responsable hubiera recibido un listado tras otro de quejas de los gerentes del SAS en cada provincia advirtiéndoles de la situación y planteándoles la necesidad de construir nuevos hospitales y más ambulatorios, de disponer de más médicos y más enfermeros... Y que esos mismos responsables provinciales le censuraran a ese gerente que fuera poco reivindicativo a la hora de plantearle a la Consejería de Sanidad estas necesidades.

Pues ya pueden dejar de imaginar, porque eso está ocurriendo en la justicia andaluza. El presidente del TSJA ha dicho que el sistema judicial no sirve. Más o menos, que está en la UVI. Y lo ha dicho como el que acaba de descubrir la pólvora. Pero la pólvora hace ya tiempo que le estalló en las manos. Ahora actúa como si fuera el bombero que pide más efectivos para sofocar las llamas, cuando en realidad su responsabilidad era la de haber colocado los dispositivos contra incendios. Méndez de Lugo decía en la Memoria Anual de hace ahora diez años, que no existía crisis en la justicia y que la imagen de crisis que se proyectaba a la sociedad era cosa de los medios de comunicación y de los jueces que hacían declaraciones a esos medios. "El estado de cosas tan sombrías que se nos pinta, a veces, de la crisis en la justicia", escribía por entonces, "no responde fielmente a la realidad y nada tiene que ver con la imagen que de ella proyectan los mass media".

Diez años ha tardado Méndez de Lugo en llegar a la misma conclusión que los periodistas, que los ciudadanos y que la asociación Jueces para la Democracia. Ésta última ya censuraba en 1997 la escasa autocrítica que había en sus memorias anuales y su exceso de optimismo. Por eso, si en 1997 Méndez de Lugo decía que la situación de la justicia era casi idílica y ahora dice que es un desastre, habrá que suponer que a su juicio la responsabilidad de todo es de la Junta, ya que fue ese mismo año cuando se completó en su totalidad las transferencias de Justicia a la comunidad autónoma. Hay que cambiar el sistema judicial, ha reclamado el presidente del TSJA. De momento, el otro presidente, el de la Junta, ya ha hecho un primer cambio espectacular: ha cambiado a una consejera de sitio, de Gobernación a Justicia. ¿Habrá más cambios de semejante calado? ¿Incluso en el TSJA?

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