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Entrevista:ALMUERZO CON... MILLÁN SALCEDO

"No salgo a la calle por miedo a que me graben"

Lo de los cómicos con el hambre es una relación sólida que viene de antaño. Claro que hay cómicos que hablan de un giro en esa relación. "Las sobremesas son aburridas y ahora los ricos invitan a un gracioso para que amenice la cosa", dice Millán Salcedo, uno de los actores más populares de la escena española desde que formó parte del grupo, hoy ya disuelto, Martes y 13.

Es como si sufriera el síndrome del millonario soltero. "¿Me querrán por mí o será por lo otro?", se pregunta en voz alta. Aprovechando el encuentro entre viandas, espeta silabeando: "Soy un entre-tenedor, es lícito que recurran a uno para animar, pero también es una cruz discernir entre interés o afecto".

Aun así, no hay cosa que más le guste que las sobremesas, las tertulias, las partiditas de mus y comer pipas. Y sardinas: "Si no fueran tan olorosas y escandalosas, serían un manjar caro y muy apreciado", dice este hombre, que no tiene móvil ni ordenador, iPod, MP3, agenda electrónica ni menos aún GPS. "No soy un troglodita, está muy bien que las ciencias adelanten una barbaridad, pero ésta es mi forma de protestar por el uso indiscriminado de esas cosas, defiendo lo artesano, lo manual, de hecho lo mejor que hago, me lo sigo haciendo con la mano".

El humorista se queja de los directores de teatro: "Piensan que sólo hago cucamonas"

A pesar de que ya no está en la cresta de la ola como hace unos años, su popularidad le ha obligado en los últimos tiempos a una involuntaria reclusión de la que habla con un toque de amargura: "No salgo a la calle ni voy a los bares por falta de libertad". Mezcla una afirmación tan grave al tiempo que cuenta su clara inclinación por la carne en detrimento del pescado: "Por eso lo del solomillo de atún me gusta tanto, porque así cambio", y añade, dejando claro que vivir es eso, mezclar temas triviales con otros de hondo calado: "No puedo ir prácticamente a ningún sitio sin correr el riesgo de que alguien te grabe y se invente lo que quiera, encima hay quien piensa que la popularidad es buenísima; una putada, porque pertenezco a una profesión con un índice de paro alrededor del 70%, con un gran intrusismo y con las televisiones vendiendo oropel y estrellato", comenta.

Con una sólida formación actoral, hoy se queja de que no le llamen para hacer teatro. "Deben de pensar que haré cucamonas en mitad de una escena y no me ven como lo que soy, un característico", dice este profesional, que vivió como un inmenso regalo que le llamara Miguel Narros para hacer un serio e histriónico Herodes en Salomé de Oscar Wilde: "Lo incomprensible es que no me quisiera para bailar la danza de los siete vientres".

En los últimos días ha estrenado Yo me subí a un piano verde en el madrileño teatro Infanta Isabel, dirigido por otros dos especialistas en humor teatral: Paco Mir y Joan Gracia, de El Tricicle. Y ahora más que nunca vigila sus comidas y bebidas: "Hasta los 50 era como un san bernardo que se lo tragaba todo, pero ahora me cuido por una razón de peso", dice en referencia no a una tendencia a engordar, sino a que está operado de los tobillos tres veces: "Menos mal que no soy un ciempiés, si no sería terrible, pero tengo que cuidarme, porque tanto yo como las pilinguis vivimos del cuerpo".

Salcedo estrena obra en el teatro Infanta Isabel de Madrid.
Salcedo estrena obra en el teatro Infanta Isabel de Madrid.BERNARDO PéREZ

El Bogavante de Almirante. Madrid

- Sardinas a la plancha: 13.

- Marmitako de bogavante: 11.

- Carpaccio de buey: 14.

- Solomillo de atún: 22,4o.

- Sorbete: 5,80.

- Pan, agua, una copa de vino y refresco: 15,60.

Total (con IVA): 87,53 euros

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