400 enchufados al ordenador
Récord de internautas y de velocidad de conexión en el 'party' de Tolosa
A las siete de la tarde de ayer, la gran quedada informática de Tolosa apagó la conexión a Internet que había mantenido pegados a sus ordenadores a los 400 participantes en el evento desde el pasado viernes por la mañana. Fue el momento de comenzar a desinstalar los aparatos, desmontar las tiendas de campaña y despedirse hasta el próximo party de sus "amigos de Internet". La segunda edición del Guipúzcoa Encounter se cerró con un récord de participación y de velocidad de conexión a la Red. "Ha sido un laboratorio de pruebas para la Euskal Encounter [de Bilbao].
Todo ha salido redondo", afirmó uno de los organizadores, Sabino San Vicente, de Euskaltel.
El nivel de consumo de Internet es como el de un pueblo de 5.000 habitantes
El gran éxito de esta edición, admitido por todos los participantes, ha radicado en la infraestructura instalada para interconectar los ordenadores y la banda ancha de acceso a Internet. Si en 2000, los partys funcionaban con 34 megabytes, Euskaltel suministró en Tolosa 1.000 megabytes para la red interna y 10.000 megabytes para volar por Internet. Un entramado de conmutadores, cableado, routers y el potente sistema informático central hizo posible "lograr la conexión más rápida ofrecida hasta ahora en un party", sostiene San Vicente. "Lo nunca visto. La conexión va como un tiro", reconoce Yoking, el nick (apodo cibernético) que emplea un joven de Llodio. Así ocurrió que las películas se descargaban en alrededor de cinco minutos, los discos de música pasaban de un ordenador a otro en menos de dos minutos, y los programas, al instante. Sólo montar este servicio ha podido costar alrededor de 140.000 euros, calculan los organizadores. El nivel de consumo de Internet fue el equivalente al de 5.000 habitantes.
Los 400 apasionados del ratón -sólo asistieron 28 mujeres- abarrotaron la pista del polideportivo, donde se celebraron concursos, talleres, conferencias y proyecciones. Jon, 20 años, de Bilbao, colocó su ordenador en la primera fila. Lo presentó al concurso de modding, la versión informática del tunning de los coches. Hizo segundo con un ordenador al que le ha instalado un sistema de refrigeración con el líquido anticongelante que usan los coches. Le ha colocado un circuito cerrado de tubos de color verde pistacho, con luces de neón y grafías chinas, que dan al aparato la apariencia de una máquina extraplanetaria. "He tardado un año en prepararlo", comentó.
Peor suerte tuvo David (Shadewolf entre sus colegas de la Red), llegado de Galicia, a quien el ordenador le hizo crack a las primeras de cambio: "¿Y qué hago yo sin ordenador en un sitio como éste? No le he podido bajar nada a mi novia. Menos mal que los amigos han conseguido dar con la avería. Todo por culpa del maldito disco duro".
Lo mejor de estos encuentros, aseguran sin excepción los participantes, es el ambiente de "camaradería". El party de Tolosa no llega a los 4.000 internautas que se encierran en la Euskal Encounter -este año cumple el 16º aniversario-, o los 6.500 que reúne el Campus de Valencia, pero "permite mantener un contacto más cercano con los amigos", asegura Locko, de Villabona pero afincado en Pamplona. Para no despegarse de la pantalla, las mesas rebosaban de donuts, cola caos, galletas, latas de sardinas, patatas fritas... Hubo quien no deshizo el saco de dormir y la mayoría funcionó con "tres o cuatro horas" de sueño, dice Xabier, de Bilbao.
Una de las novedades fue la conexión mediante videoconferencia con una fiesta similar que se estaba desarrollando en Lleida, aunque para muchos asistentes de Tolosa pasó desapercibida. Hubo una competición on line, con 5.000 euros en liza, que cayó del lado catalán.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.