Mucho riesgo para lograr alto beneficio
Las entidades de capital riesgo son organizaciones financieras cuyo objeto principal consiste en la toma de participaciones temporales en el capital de empresas. El objetivo de estas operaciones es que la empresa aumente su valor con la ayuda del capital de riesgo, y que una vez madurada la inversión el capitalista se retire obteniendo un beneficio.
En español es corriente utilizar el término capital riesgo para definir todas las entidades que desarrollan private equity, pero en el mundo anglosajón existe una clara distinción entre las entidades que centran su actividad en el desarrollo de proyectos empresariales que están en etapas tempranas (venture capital) y aquellas que invierten en empresas ya consolidadas (en este caso se utiliza el término private equity).
En todas estas operaciones, la finalidad última del capital riesgo es la desinversión en un determinado plazo con el fin de obtener la máxima rentabilidad, proceso que se puede ejecutar de distintas formas: venta a terceros, reventa a otras sociedades de capital riesgo o reventa de su participación a los antiguos titulares del negocio o al equipo directivo.
Si la operación culmina con éxito, la plusvalía puede llegar a ser muy importante. Según datos de la Asociación Europea de Capital Riesgo (EVCA), la rentabilidad media neta a lo largo de los últimos 15 años se puede evaluar alrededor del 10,5%.
Toda operación o inversión de capital riesgo debe pasar por diferentes etapas hasta completar un círculo: análisis de la oportunidad de inversión, fase de consolidación del negocio y/o expansión, y preparación de la salida (reconocimiento de la oportunidad de efectuar la desinversión). Se trata, por tanto, de un proceso delicado, pues el mercado a veces presenta operaciones aparentemente muy jugosas que, a la larga, pueden fracasar. Tener la habilidad para reconocer una buena oportunidad de negocio e invertir la cantidad justa son los primeros pasos que conducen hacia el éxito de una operación de estas características. En estas operaciones, además, tiene gran importancia la financiación externa para la adquisición de la participación.
Los sectores a los que dirigen su mirada los fondos de capital riesgo son aquellos a los que se les prevé un futuro halagüeño, y se suelen dejar a un lado los sectores en fase de desaceleración. Por ejemplo, actualmente vivimos un momento en el que parece que los inversores evitan los riesgos de las actividades vinculadas al ámbito inmobiliario.
Debemos destacar que posiblemente ningún mercado haya evolucionado tanto en tan poco tiempo como las operaciones de private equity en España. Así, en 2007 las inversiones de las compañías de capital riesgo lograron un récord histórico de 4.298 millones de euros, un 44% más que los 2.977 millones de 2006 y un dato que es aún superior al registrado en 2005, cuando el sector invirtió 4.198 millones de euros. También en 2007 el número de operaciones de capital riesgo (un total de 776, y 11 de éstas superaron los 100 millones de euros) y la captación de fondos (unos 4.764 millones de euros) alcanzaron máximos históricos. -
María Jesús Díez es abogada de Dutilh Abogados.
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