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Dos no pactan si dos no quieren

El Consell urge un acuerdo sobre el agua que rescate el trasvase del Ebro - El PSPV apela a las competencias del Estado y reivindica el programa Agua

El PP propuso un pacto nacional sobre el agua y se mostró dispuesto al diálogo. El PSPV, también. Coincidentes en los objetivos, pero discrepantes en el método. Los populares exigieron un acuerdo sobre la base del trasvase del Ebro. Los socialistas, sobre la política hídrica del Gobierno, que niega el trasvase tal y como lo concibió José María Aznar. El pacto era imposible y, más allá de la retórica, ninguno de los dos lo quería.

Camps: "El PSPV va a votar cuatro veces contra el trasvase del Ebro"
Luna: "Está usted en una guerra que solo genera odio y frustración"

Francisco Camps era ayer un hombre feliz. El presidente de la Generalitat logró trasladar a las Cortes un debate imposible sobre la consigna Agua para todos, un guión que trufa las carencias hídricas con la identidad de los valencianos y condena a los disidentes sin mayores argumentos. Por primera vez en meses, Camps siguió la sesión íntegra por la mañana y votó disciplinadamente todas las propuestas de resolución formuladas por los grupos parlamentarios a lo largo de la tarde. "Los socialistas van a votar hasta cuatro veces en contra del trasvase del Ebro", celebraba el presidente en los pasillos a primera hora de la tarde.

José Ramón García Antón, consejero de Agua y Medio Ambiente, defendió la comunicación del Consell que dio lugar al pleno extraordinario. García Antón revistió de carácter técnico la consigna del PP -Agua para todos- y recurrió a un argumentario que recupera su vigencia ante la situación de emergencia que atraviesa la zona metropolitana de Barcelona. García Antón sacó a colación la supuesta agresión hacia los valencianos que escondía el pacto del Tinell, el acuerdo de gobierno del primer tripartito catalán; recordó cómo el Plan Hidrológico Nacional que aprobó el PP con apoyo de CiU recogía el trasvase desde Tarragona a Barcelona; acusó a la Generalitat de Cataluña de imprevisión; al Gobierno central, de improvisación; y planteó un gran pacto nacional sobre el agua: una vez recuperado el trasvase del Ebro entre Tarragona y Barcelona, recupérese el proyecto en su integridad para garantizar el futuro de todo el arco mediterráneo.

El socialista Ángel Luna intentó desarmar el argumentario que rodea la consigna Agua para todos: "Ustedes no gobiernan, agitan, han encontrado el voto identitario y están en la guerra del agua para ocultar su incapacidad con un peligroso discurso excluyente". Por enésima vez recordó que los socialistas siempre se opusieron al trasvase del Ebro y esgrimió un diario de sesiones del Congreso de 2001, tres años antes de que se redactara el pacto del Tinell.

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El portavoz socialista comparó la conducción de un metro de diámetro que abastecerá Barcelona durante un periodo tasado con la canalización de aguas a través de un trasvase de 21 metros de ancho, un proyecto de 180 millones de euros, con uno de 4.200, la compra de derechos de riego con la extracción de aguas... Pero ante el calibre de la tarea optó por lanzarse a la yugular. "Usted no consiguió meter el trasvase del Ebro en el programa del PP y ahora le viene muy bien el tubo a Barcelona", espetó a Camps, "encuentra a un Rajoy débil y le intenta vender los votos del agua". Pero en su carrera arrastra a los valencianos "a una guerra que solo genera odio y frustración", a una batalla junto al presidente de Murcia para "imponer un plan que no comparte nadie", un plan que comparó con la iniciativa soberanista que defiende el lehendakari Ibarretxe.

Luna esgrimió la "autonomía hídrica", la "apuesta por la tecnología" y el apoyo económico de la Unión Europea al programa Agua para emplazar al Consell: "Debería colaborar en la ejecución del trasvase Júcar-Vinalopó y las desaladoras".

El portavoz socialista también recordó que la política hídrica es competencia estatal y que los socialistas han ganado las últimas elecciones generales: "Aprendan a respetar las derrotas, ¿qué vamos a negociar, lo que ustedes quieren o lo que propone el Gobierno?"

Mònica Oltra, portavoz de Compromís, embarcó a los dos grandes partidos en la misma contradicción, una "dicotomía falsa" entre los trasvases y las desaladoras que solo oculta otros intereses: "Lo que importa es quién construirá esas grandes infraestructuras". Oltra acusó a los populares y socialistas de defender un modelo depredador de desarrollo que agota los recursos y repartió culpas por igual entre Gobierno y la Generalitat.

GOTAS DE UN DEBATE IMPOSIBLE

- José Ramón García Antón: "No solo hay problemas de agua en Barcelona, también tenemos problemas aquí, en Castellón, en Valencia, en Alicante, en Murcia y en Almería. Aplaudimos que se recupere un proyecto que estaba en el Plan Hidrológico Nacional para abastecer Barcelona. Lo que no podemos consentir es que se nos diga que para nosotros no hay trasvase del Ebro. Para otros sí, pero para los valencianos no, eso es lo que no podemos consentir de ninguna manera".

- Ángel Luna:"Han encontrado el voto identitario y están en la guerra del agua para ocultar su incapacidad para resolver los problemas de los valencianos. Usted [Francisco Camps] y [Ramón Luis] Valcárcel pretenden imponer un plan que el PP retiró de su programa, que no comparte nadie. El único presidente de una comunidad autónoma que hace lo mismo es el lehendakari Ibarretxe".

- Mónica Oltra:"Populares y socialistas parte de una dicotomía falsa entre trasvases y desaladoras. No hablan de agua, sino de quién ejecutará esas grandes infraestructuras. Ustedes pierden dinero porque tienen el bolsillo roto y, en lugar de coserse el bolsillo, piden dinero a los amigos".

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