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La fiscal pide 4 años para un 'mosso' por tocamientos a una detenida

Más de 20 veces pronunció ayer la expresión "no, señoría" el mosso d'esquadra Alejandro Carrillo Pérez para responder al interrogatorio de la fiscal. Le acusa de dos delitos de abusos sexuales contra una detenida y solicita para él cuatro años de cárcel. El policía lo negó todo durante su declaración ante la Audiencia de Barcelona.

Ángeles P., la supuesta víctima, había sido detenida por los incidentes del macrobotellón de Ciutat Vella. El 18 de marzo de 2006, el acusado le tomó declaración en la comisaría de Sants y sobre las 15.30 horas la hizo pasar a una sala anexa donde se produjeron los supuestos tocamientos. La chica los describió a grandes rasgos ante la Sección Octava y la fiscal le pidió que fuese más explícita.

La muchacha sollozó y relató que el mosso la obligó a quitarse un polo y la camiseta y le tocó los pezones. Después le hizo bajarse los pantalones y le siguió tocando los glúteos y la zona del pubis, hasta que ella le advirtió de que tenía la regla. Según la misma versión, tras declarar por segunda vez y antes de quedar en libertad, el agente la condujo otra vez a la sala anexa con la excusa de que tenía que registrarla por si algún otro detenido le había "dado algo". Y allí se repitieron los mismos tocamientos, según el relato de la chica. Después la instó a desnudarse otra vez para colocarse el sujetador que él le entregó y la chica se lo puso encima de la camiseta.

Intento de denuncia

Al abandonar la comisaría, se lo comentó a su novio, que también había estado detenido, y a la abogada de éste. La muchacha regresó para denunciar lo ocurrido e identificó claramente al mosso, pero se le aconsejó que acudiese al juzgado de guardia, como así fue.

Por su parte, el mosso declaró que el trato a la detenida siempre fue correcto, que le facilitó un móvil para que avisara a una amiga y que incluso condujo a su novio a la misma celda en la que estaba ella para tranquilizarla. "Ahora comprendo que fue para ganarse mi confianza", dijo ayer la chica.

El juicio no pudo finalizar ayer porque, como es habitual, no funcionó el sistema audiovisual para que un mosso declarase por videoconferencia. Con el importe de las horas perdidas por tres jueces, una fiscal, dos funcionarios y una veintena de mossos se podría comprar un equipo de última generación.

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