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CiU aparta a Madí de la negociación sobre TV-3 para buscar un acuerdo

El tripartito espera pactar la nueva dirección esta semana

Miquel Noguer

Las amenazas del tripartito han surtido efecto. Convergència i Unió no quiere ser vista como el único obstáculo para la renovación de cargos en la radio y televisión de la Generalitat, y el presidente del partido, Artur Mas, ha dado órdenes precisas para desbloquear las negociaciones en el seno de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA).

Ante la amenaza del tripartito de arrebatarle a CiU el poder de veto en esta institución mediante una reforma legal, Mas ha optado finalmente por la diplomacia. El primer signo de distensión es la incorporación de un convergente proclive a los pactos, Felip Puig, quien ha desplazado de las negociaciones a David Madí, portavoz de CDC y culpable, según el tripartito, de la actual situación de bloqueo. "Madí siempre trabaja con el todo o el nada, y ésa no es una buena fórmula para el consenso" explicaban ayer fuentes de la CCMA.

Puig tiene el encargo de consensuar con el tripartito una salida que permita nombrar nuevo director general del organismo y nuevos directores para TV-3 y Catalunya Ràdio. En los últimos tres meses, los 12 miembros del consejo de gobierno de la CCMA han sido incapaces de consensuar los tres nombres. El tripartito propone a la directora del Liceo, Rosa Cullell, como máxima ejecutiva de la CCMA. CiU la aceptaría, pero exige que Eugeni Sallent, actual director de RAC 1, de obediencia nacionalista, se haga cargo de TV-3.

Así las cosas, pese a una nueva ley que buscaba desgubernamentalizar los medios públicos de la Generalitat, éstos continúan dependiendo de la estrategia partidista. La nueva ley estipula que las decisiones sobre nombramientos deberán contar con una amplia mayoría (dos tercios), lo que daría a CiU un poder de veto casi absoluto.

A la vista de esto, el tripartito ha amenazado con cambiar de nuevo la ley para desposeer a los nacionalistas de este poder. Los socialistas incluso dieron un plazo para lograr un acuerdo antes de cambiar la ley: seis días a partir de ayer.

Fuentes de CiU negaron ayer haberse acobardado ante las amenazas del tripartito, pero lo cierto es que por primera vez en tres meses se comenzaba a hablar de "acuerdo inminente". Y no sólo en CiU. En la órbita del PSC y de ERC existe el convencimiento de que CiU no arriesgará perder su poder de veto y hará los movimientos necesarios para que la ley continúe vigente y, al mismo tiempo, lograr alguna parcela de poder.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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