Draka, con 100 empleados, cierra por deslocalización
La multinacional holandesa Draka Cables anunció ayer el cierre, por deslocalización, de su planta de producción de cablería para automóviles en O Porriño. La dirección de la empresa comunicó ayer la decisión a los trabajadores, que se hará efectiva en cuanto la empresa termine de servir los últimos pedidos pendientes.
El cierre de Draka está provocado por la deslocalización, a mediados de 2007, de su principal cliente, la también multinacional de componentes del automóvil Valeo, que también cerró su factoría en O Porriño.
La intención de la compañía holandesa Draka es llevar la producción de Galicia a otra zona con menores exigencias laborales y bajos costes de mano de obra, probablemente a un país del norte de África. "No había alternativa. La pérdida de clientes había dejado a la fábrica sin actividad", explicó ayer un representante de Draka en Vigo.
La empresa se ha comprometido a colaborar en la recolocación de sus empleados, así como tramitar despidos con indemnizaciones "generosas".
Fuentes del Clúster del Automóvil de Galicia explicaron que el cierre de Draka es una consecuencia del riesgo de deslocalización de algunas compañías con productos de bajo valor añadido. Las mismas fuentes expresaron que la planta de montaje de PSA Peugeot Citroën, como las de la mayoría de los fabricantes de coches, se abastecen de componentes cada vez más integrados que afectan a una cadena completa de proveedores.
El arrastre de Valeo
En el caso de Draka, empresa, sindicatos y Xunta buscan soluciones para recolocar a los despedidos en el sector naval, demandante de empleo en este momento. El cierre de Valeo, por ejemplo, se resolvió con la apertura de una nueva compañía (participada por Viza Automoción y la Xunta) que asumió a una parte de los despedidos.
Fuentes sindicales del sector temen que la crisis de los componentes eléctricos que afecta al sector gallego pueda ser el avance de deslocalizaciones más graves. Las sospechas de los trabajadores apuntan ahora al sistema empresarial de componentes de asientos, que pivota la nueva planta de Faurecia, filial de la propia Citroën. Los asientos emplean en Vigo a más de 2.000 trabajadores, e incluyen varias plantas de producción de las estructuras metálicas, espumas y tejidos.
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