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Bilbao se rinde al 'pressing catch'

Cinco mil personas, con abundancia de padres e hijos, abarrotan el pabellón de La Casilla - Algunos hicieron cola más de cinco horas para entrar

La fiebre del pressing catch invadió ayer Bilbao. 4.800 personas abarrotaron el pabellón de La Casilla, donde tres horas antes del comienzo del espectáculo había colas que rodeaban el recinto. Guillermo Múgica, un adolescente de Bilbao, era el primero que aguardaba para entrar. Todo un fan: estaba en la puerta principal desde las tres de la tarde (el evento estaba programado para las 20.00) pese a disponer de una entrada numerada. El viernes se desplazó a Galicia a presenciar otro espectáculo. Sin dormir, vio a los luchadores en A Coruña y el sábado retornó a Bilbao para volver a estar cerca de sus ídolos.

"No incita para nada a la violencia", sostiene un joven devoto de este circo

Muchos adolescentes, pero también un buen número de familias -padres y madres con sus hijos pequeños-, abarrotaron La Casilla para este circo de los mamporros, donde los luchadores simulan golpes y caídas ante el éxtasis del público. "No incita para nada a la violencia", apunta Guillermo Múgica. "Es un espectáculo. Los chavales tienen que aprender eso, que no pueden hacer en sus casas lo que ven aquí".

Juan Carlos Cardeñosa era el segundo de la cola y también esperó más de cinco horas para entrar en La Casilla. Vino de Logroño con su hijo Carlos, de ocho años. "A mí me ha enganchado mi niño y nos encanta, ahora que lo dan por Cuatro y Canal Plus". El pequeño Carlos afirma, con la timidez de su edad, que le gusta "todo en general". Su luchador favorito es El enterrador, una de las figuras del pressing catch.

Pero ni él ni otros de los grandes estuvieron en Bilbao, donde se pudo ver a una quincena de luchadores de lo que podría ser la segunda división del oficialmente llamado World Wrestling Entertainment (WWE), que reemplazó la pasada década a la fenecida Federación Mundial de Lucha. "El que hemos traído aquí es un espectáculo más familiar", explica Andrés Novo, jefe de Producción del espectáculo. La principal atracción fue Rey Bucker, una mole negra con melenas, que rivalizó con otros luchadores como Black Pearl, Big Vito o Kishi, quien volvió a encandilar al público infantil. En Bilbao se encontraron lo mismo que en otras partes de España: las entradas agotadas y un público entregado. "En Madrid, ayer [por el sábado] tuvimos 15.000 personas".

Con el tradicional retraso, los luchadores salieron en medio de un espectáculo pirotécnico, haces de láser y una escenografía que simulaba paredes de hielo en su acceso al cuadrilátero. Dos horas de falsos mamporros maravillaron a los asistentes. Algunos ya pensaban en la próxima cita. "Seguramente iré a Francia", decía Guillermo Múgica.

El 28 de junio tendrá otra opción en Bilbao y en un recinto con mayor capacidad, la plaza de toros. "También lo haremos en esas fechas en San Sebastián", anuncia Andrés Novo.

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