Dos meses de huelga de autobuses... y sin solución

Si usted pensaba coger el autobús el lunes sin colas, sin retrasos, sin tener que mirar el reloj, olvídelo. Madrid volverá a ser un escenario de paradas repletas, de viajeros pacientes en fila india, de usuarios que se preguntan por qué les toca pagar el pato por una negociación sobre la que nadie les ha pedido opinión. La huelga de la Empresa Municipal de Transportes (EMT) sigue, y con más fuerza que nunca. Hasta el miércoles habrá paros parciales en turnos de mañana, tarde y noche todos los días.

Dos asambleas de trabajadores -en la EMT hay 7.700 empleados, de los que 5.500 son conductores- tumbaron ayer el preacuerdo al que los cinco sindicatos que los representan llegaron el jueves con la patronal. ¿Por qué? Un convenio a cuatro años vista (2008-2011) les parece demasiado largo. Y no admiten ni de lejos que el complemento mensual que empezaba con 100 euros en 2008 quede sujeto a que el empleado no falte al trabajo.

"No estamos acostumbrados a cobrar complementos que no sean fijos y dependan de algo concreto", admitía con cierta pena un portavoz de Plataforma Sindical (el colectivo mayoritario) tras la asamblea de la mañana, que desembocó en una multitudinaria reunión por la tarde en la que miles de manos alzadas dieron al traste con una veintena de reuniones y 18 jornadas salpicadas de huelga que comenzaron hace casi dos meses, el pasado 22 de febrero.

El preacuerdo alcanzado entre sindicatos y empresa incluía, entre otras medidas, una subida salarial por encima del IPC de un 0,8% el primer año, 0,9% el segundo, 1% el tercero y 1,1% el cuarto. Y el complemento salarial ligado al descenso del absentismo iba a ser de 100 euros los primeros dos años, 150 el tercero y 190 el cuarto. La cifra se acerca a lo que reclamaron los representantes de los trabajadores (Plataforma Sindical, SICAM, UGT, CSI-CSIF y CC OO) en las primeras reuniones: 180 euros al mes.

La empresa se agarró desde el primer momento a que el complemento no podía ser "porque sí" y lo asociaron al absentismo, que en la EMT ronda el 9,6%, frente al 4% de Metro o el 22% de media entre los funcionarios de la Comunidad de Madrid. Tendrán que darle otra vuelta a ese asunto.