Versos salvajes en la ciudad dormida

Electroshock poético para sacar a Ferrol de su letargo cultural. Megáfono en mano, una docena de poetas y poetisas han abandonado esta semana sus reductos y foros habituales para tomar las calles y llevar hasta los ciudadanos sus versos "salvajes". Durante cuatro días -del 16 al 19-, los poemas transcendieron las páginas de los libros para fluir por el aire y tropezarse en las aceras con los vecinos, convertidos en improvisados espectadores, en plazas, comercios y mercados. Agitar las calles a golpe de versos es el espíritu esencial de la I Semana da Poesía Salvaxe de Ferrol, una iniciativa cultural que la Concejalía de Cultura ha bautizado como "la palabra encarnada" para "elevar la voz ancestral de la poesía sobre el ruido cotidiano" y reivindicar "la fuerza de la oralidad sobre el texto domesticado".

O Leo i Arremecághona, sentado en un váter, hizo poesía escatológica

"Es demasiado salvaje para mi gusto", opinaba una mujer en el mercado de Recimil

Poemas a gritos en improvisados recitales bajo la lluvia, provocadoras palabras en un singular vía crucis bajo el sol y versos refugiados entre cervezas en bares y tascas. "No hay nada semejante en ninguna otra ciudad", destaca la edil de Cultura, Yolanda Díaz, de IU, convencida de que la poética propuesta ferrolana marcará la diferencia para abrirse "un hueco en el mapa cultural de Galicia". Con un presupuesto "modesto", que ronda los 16.000 euros, la I Semana de la Poesía Salvaxe de Ferrol, es una recién nacida con vocación de permanencia que quiere seguir la estela de Cosmopoética, en Córdoba, donde hace un lustro se alumbró el festival internacional de poesía más relevante de España. Ferrol y Córdoba tienen en común a Izquierda Unida en el gobierno de la ciudad, aunque en la urbe gallega IU comparte los mandos con el PSOE.

"Trasladar los espectáculos a escenarios comunes para descentralizar la política cultural y devolver el empuje a una ciudad machacada y sumida en la atonía" es el doble objetivo de esta "confusa" y poética propuesta, señala Marcos Lorenzo, asesor cultural y hombre clave del proyecto. "No es una poesía lánguida y desfallecida. Es potencia expresiva en tránsito por soportes diversos, desde la música a la imagen", explica Lorenzo. "Queremos que la gente despierte y descubra que está pasando algo extraño".

Entre la expectación y la indiferencia, los ferrolanos se sorprendían ayer cuando Leo F. Campos, creador de la plataforma poética y punk O Leo i Arremecághona, irrumpió en el populoso mercado de Recimil a media mañana y, sentado sobre un inodoro de colores, ideó un monólogo escatológico muy alejado del clásico recital. "Es demasiado salvaje para mi gusto", opinaba una vecina mientras hacía cola en la pescadería. "Me gusta la poesía, y me gusta la idea de sacarla a la calle, pero este lenguaje es muy burdo". "Es una lata", añadía el pescadero, "la gente viene, curiosea y se va". Dos policías locales desinformados llegaron en pleno espectáculo, atraídos por el revuelo, reclamando los permisos preceptivos. Pero la inesperada visita se quedó en una anécdota.

Los 12 artistas que dan forma al proyecto poético (Guillermo Fernández, Karlotty, Lucía Aldao, María Lado, Víctor Díez, David González o Estevo Creus, entre otros) exhiben una visión muy personal del género literario y acompañan sus versos con una poderosa puesta en escena que confunde al espectador. Mejor acogida tuvo el último espectáculo poético de Carlos Oroza (Viveiro, 1931), premio internacional de Poesía Underground que ayer presentó en la ciudad Donde la noche da la mano al día, junto a su arquitecto escénico, Carlos Vilas. El autor de Cabalum o En el norte hay un mar que es más alto que el cielo, poeta beat y habitual del Café Gijón en las tertulias literarias de la posguerra, es para sus contemporáneos "un lugar común" y una de las mejores voces poéticas vivas.

La poesía salvaje se diluirá esta tarde entre acordes musicales y videocreación en una jam sessión poética en la capilla del centro cultural Torrente Ballester (19 horas) en un extravagante cóctel. La incorrección poética promete regresar a la ciudad naval el próximo año.