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García Francés recrea el terror de las FARC en 'Balas de carmín'

Violencia y amor, y terror y sexo. Balas de carmín es una historia de secuestros y sicarias que transcurre en la peor de las Colombias actuales, la que sirve de escenario a las FARC, "un grupo ya sin ideología, un negocio del que viven miles de familias", en palabras del autor, el fotoperiodista Alfredo García Francés. La obra es, también, un alarido en contra del terrorismo y a favor de la libertad, del amor y del sexo: amor, en este caso, entre mujeres, y sexo tan explícito "que nada más abrir el libro, salpica al lector".

El conocido fotoperiodista, que en 1984 ganó el Premio Nacional de Periodismo, se considera "colombiano de adopción" y reconoce que su atracción por Colombia es como la que ejerce durante la adolescencia "esa primita un par de años mayor". Por eso presentó el libro primero en Bogotá y ahora lo hace en Barcelona, rodeado de amigos. Junto a él, Miguel Chamorro, ex directivo de Interpol, Xavier Vidal-Folch, director adjunto de EL PAÍS, y la mediática escritora Valerie Tasso. Los dos primeros coinciden en la gran labor fotográfica de García Francés, que trabajó como reportero gráfico en EL PAÍS, así como en la "precisión de su lenguaje. "¿Habéis oído alguna vez el sonido de un disparo cercano?", pregunta Vidal-Folch a la audiencia que rebosa la sala del bar La Rouge en el Raval. "Es como un ruido seco", se contesta él mismo. "Pues bien, las palabras del autor reproducen el ritmo de ese ruido".

El autor ha querido reflejar en su libro el amor lésbico "sin mojigaterías"

Hace tres años, con la publicación de El tiempo de las mariposas, una trilogía ambientada en el siglo XVI, García Francés aseguró que se había lanzado al ruedo literario porque le encantaba la idea de "mentir" y "fabular". Sin embargo, ahora reconoce que al tratar un tema tan actual, su mente "enseguida tendía a la técnica periodística". Respecto al lenguaje "duro", "explícito" y "directo", el autor ha declarado que debía enfrentarse al amor lésbico "sin mojigaterías", igual que debía ser honesto con el lenguaje del hampa, "duro, explícito y directo" como el de su novela.

El ex directivo de Interpol, tras tantos años en contacto con la violencia, ha podido diagnosticar la falta absoluta de anacronismos y fallos técnicos del argumento: "Todo lo que cuenta ha sucedido alguna vez y está documentado". Y para los escépticos, ha revelado que a pesar de la fortaleza de la protagonista, "no se trata de la reencarnación en femenino de James Bond".

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