CiU lleva a Hereu a los tribunales por ignorar las mociones del pleno
La oposición, con mayoría, fracasa en parar la montaña rusa del Tibidabo
Del dicho al hecho. Hace unos meses Xavier Trias, presidente del grupo de CiU, advirtió al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Barcelona que recurriría a los tribunales si el pleno y las comisiones de plenario persistían en no cumplir las mociones e iniciativas que ganan las votaciones, lo que ocurre cada vez que la oposición -CiU, PP y ERC- se unen frente al gobierno, que está en minoría.
Trias tilda de "facha" al gobierno de Hereu por no acatar los acuerdos
Socialistas e ICV defienden la tala y la construcción de la montaña rusa
Ayer, tras un áspero debate por la moción de urgencia presentada por la oposición para paralizar la tala de árboles del Tibidabo y el proyecto de construcción de una montaña rusa, Trias anunció que llevará el caso ante el Tribunal Superior por la falta de acatamiento de la moción que, pese a salir aprobada, no será ejecutada, tal como dejó claro el gobierno municipal.
"Que el consejo del Distrito de Sarrià-Sant Gervasi se haya pronunciado cuatro veces contra el proyecto de la montaña rusa, que la Comisión de Urbanismo aprobara una declaración en el mismo sentido y que hoy el pleno apruebe una moción idéntica tiene un valor que no se puede desatender, y no puede ser que una empresa municipal [BSM], que escapa al control del plenario, ejecute el proyecto", sostuvo Trias. CiU, el PP y ERC consideran que se ha proyectado una atracción que no corresponde a un parque de atracciones familiar. "Lo que pretenden es sacar un mayor rendimiento económico", apuntó Alberto Fernández Díaz (PP).
Las críticas a los modos antidemocráticos de los socialistas y sus socios de ICV les llovieron de todos los lados. "No es tolerable que lo que se decida por mayoría, no se cumpla. En mi casa a eso le llaman ser facha", acusó Trias. Desde el estrado del salón de plenos, la mirada del primer teniente de alcalde, Carles Martí, hacía presagiar tormenta: "Facha, o fachenda, me da igual. Dicen que lo llevarán a los tribunales, pues háganlo". El equipo de gobierno defiende la tesis de que las mociones y declaraciones no tienen carácter ejecutivo y, en consecuencia, no están obligados a acatarlas.
En el caso de la montaña rusa, además, se ha hurtado el debate y la aprobación del proyecto a los órganos habituales, esto es, las comisiones y el mismo plenario municipal.
Eso lo recordó a Martí Jordi Portabella, antaño socio de gobierno con ERC: "Cuando se aprobó el plan urbanístico del Tibidabo, usted aseguró que la montaña rusa se abordaría más adelante en un plan director y no se hizo". En realidad, ese plan director o de usos lo ha ejecutado la empresa municipal BSM, sobre la que el pleno no tiene control, salvo las cuentas anuales que, por cierto, fueron aprobadas ayer con el apoyo de ERC. Este hecho Martí se lo espetó a Portabella: "Dicen que no están de acuerdo con la montaña rusa, pero han apoyado las cuentas de la sociedad que tiene una partida presupuestaria para su construcción".
En realidad, las promesas de debate real del proyecto de la montaña rusa han sido más. Por ejemplo, en diciembre de 2006, Martí aseguró que se crearían tres comisiones para debatir la reforma del parque del Tibidabo. De esas comisiones nunca más se ha sabido. El alcalde, Jordi Hereu, quiso quitar hierro a la discusión en su intervención final dirigiéndose a Trias: "Seguro que usted y yo disfrutaremos subiéndonos a la montaña rusa".
El pim, pam, pum de la moción del Tibidabo fue lo que dio más contenido político a la sesión del pleno de ayer, que, como viene ocurriendo en los últimos meses, cada vez tiene menos puntos en el orden del día y muchos son de mero trámite. Por el contrario, con el bipartito en minoría abundan los informes y las medidas de gobierno.
Son las cuestiones de actualidad las que dan pie a preguntas de los partidos de la oposición, Ayer, por ejemplo, Alberto Fermández Díaz quiso poner en un aprieto al alcalde preguntándole sobre el reciente nombramiento de Magdalena Álvarez, de nuevo, como ministra de Fomento. Hereu quiso ser diplomático, pero no pudo evitar cierto tono preventivo en su respuesta: "Por sus obras la valoraremos".
El intento de ERC de que el Ayuntamiento no envíe representación a la ceremonia inaugural de los Juegos de Pekín en respuesta a la represión sobre el Tíbet sólo tuvo el apoyo de CiU.
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