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Final de la Copa del Rey

"¡No! ¡Otra vez, no!"

Laudrup y sus jugadores, convertidos en un desconsolado lamento

José Marcos

Ya lo advirtieron los veteranos. "Debemos evitar los regalos en los primeros minutos", avisó Celestini. "Tenemos que aprender a manejar la presión en los arranques y los instantes finales", destacó Casquero. "La ansiedad no es buena consejera", aleccionó Juan Carlos Arévalo, el preparador de porteros, a Ustari. No hubo forma. El Getafe perdió su segunda final consecutiva de la Copa, algo que no sucedía desde que el Atlético cayó en 1999 ante el Valencia y en 2000 frente al Espanyol. Cotelo resumió el sentir general azulón. "¡No! ¡Otra vez, no!", gritó.

"En los primeros 15 minutos hemos salido muy tensos. Hemos notado la importancia del partido y lo hemos pagado", asumió Michael Laudrup. "Hay que saber administrar los tiempos de los partidos y no lo hemos hecho", prosiguió el técnico, que nada más pitar Undiano el final corrió a consolar a Ustari. "Estoy mal. Se nos escapó algo muy lindo", balbuceó el portero. "No hicimos las cosas como sabemos y por eso perdimos. ¿Cómo estoy? Estamos. Últimamente, vengo pasando cosas difíciles", dijo camino del autobús recordando el reciente aborto de su esposa.

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El paisaje que dejó la derrota en el cuadro madrileño fue demoledor: Granero lloraba desconsolado; De la Red iba sin rumbo por el césped con la mirada perdida; Contra se negaba a recoger la medalla de consolación; Cortés, desesperado, ni se la puso al cuello.

"Justo cuando les estábamos achuchando, el gol de Morientes nos mató", reconoció Granero. Como consuelo, al menos no figuraba entre los del año pasado. De ellos, únicamente Contra, Belenguer, Celestini, Cotelo, Casquero y Del Moral disputaron la final contra el Sevilla. Kanouté anotó el único gol tras un fallo clamoroso de Pulido a los diez minutos. Anoche se repitió la historia: Mata golpeó a los cuatro y Alexis repitió seis después. "Ya no nos queda ilusión, pero es verdad que el penalti que me hizo Moretti nos devolvió la esperanza", contó Contra, que agradeció "llevar la espinillera de carbono porque, si no, me habría roto la tibia".

"Hay formas de perder y, desde luego, no ha sido como el pasado jueves contra el Bayern", continuó Laudrup; "con el 2-0 en contra desde el minuto 10... Hemos entrado muy mal a la cita". "Es así, le hemos dado vida a un equipo que venía con muchísimos problemas. No ha dado tiempo prácticamente a sentarnos en la caseta cuando nos han hecho dos goles con una ocasión y media", estimó Casquero. "Fuimos a remolque", intervino Del Moral. Mientras tanto, Belenguer negaba que le hubiera dicho a Laudrup por la mañana que renqueaba de sus problemas musculares. "Eso es mentira, no le dicho nada de eso", sentenció el capitán, visiblemente enfadado.

A su alrededor seguían los lamentos. "Estaban a nuestra merced cuando chuté al palo en el segundo tiempo. No sé si jugaré otras finales, pero la que duele es ésta", apuntó Granero. "No hemos terminado la temporada como el equipo se merecía", repetía Contra.

A la espera de la visita el domingo al Levante, que podría confirmar la permanencia en Primera, al Getafe le espera esta tarde una agridulce recepción en su Ayuntamiento. "Pido disculpas a la afición, pero hay que levantar la cabeza, que en la Liga no estamos todavía salvados. Y, bueno, dicen que a la tercera va la vencida, ¿no?", se despidió el presidente del club, Ángel Torres. "No sé si jugaré otras finales, pero ésta me duele mogollón", le siguió Granero cabizbajo.

Mario Cotelo abraza a Pablo Hernández para darle ánimos al final del encuentro.
Mario Cotelo abraza a Pablo Hernández para darle ánimos al final del encuentro.LUIS SEVILLANO

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Sobre la firma

José Marcos
Redactor de Nacional desde 2015, especializado en PSOE y Gobierno. Previamente informó del Gobierno regional y casos de corrupción en Madrid, tras ocho años en Deportes. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Trabajó en Starmedia, Onda Imefe y el semanario La Clave.

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