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Las cartas del tío Ángel

La comunidad gitana sólo parece ser noticia cuando se produce un altercado, como hemos visto estas últimas semanas en Galicia. No obstante, a pesar de la mala imagen que suele acompañarles, este colectivo está haciendo un gran esfuerzo por dignificar su identidad, tarea que incluye recuperar su propia historia, habitualmente invisible en los medios de comunicación.

Esto es lo que vinieron a decir investigadores y representantes del pueblo romaní durante la presentación del documental Cartes de l'oncle Àngel, en el Museo Etnológico de Barcelona. Ubicación nada casual, tras el éxito cosechado hará cosa de un año por la exposición Gitanos, un recorrido por la cultura de este pueblo que consiguió, por primera vez desde Porcioles, que un alcalde de la ciudad asistiera a una inauguración de este museo.

En el Etnológico se presentó un documental sobre la rumba histórica

El documental, dirigido por Ariadna Andreu y Jordi Valls, explica la evolución de diversos géneros musicales -como el garrotí, el sandó y la rondenya- a través de las cartas del tío Ángel, un patriarca gitano de Lleida que, como muchos de sus paisanos, fue republicano y admirador de Macià, y que en la posguerra fue encarcelado por hacer ondear una senyera. Así, a través de sus escritos, se nos muestra la historia de la llamada "rumba histórica" y del flamenco hecho en catalán por una comunidad que hasta las primeras décadas del siglo XX no había aprendido a hablar en castellano y se expresaba sólo en catalán o en romaní, una lengua que procede del sánscrito y con la cual, aún hoy en día, pueden entenderse gitanos de distintos países.

Músicas tradicionales, autóctonas de Lleida, pero también de Figueres, de Perpiñán, del Maresme y de Barcelona. Estilos que ya despertaron la curiosidad de personalidades como García Lorca, que poco antes de ser asesinado hizo pública su intención de trasladarse a Cataluña para conocerlos, y a los que fue un gran aficionado Salvador Dalí.

El acto, aparte de servir para escuchar una espléndida colección de temas musicales (dos de ellos interpretados en directo), confirmó la importancia de que los museos se abran a los diversos colectivos que integran nuestra sociedad, favoreciendo el diálogo y el conocimiento mutuo: cultura y arte hasta allí adonde no llega la política.

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