Cinco años sin justicia
Llovió durante toda la tarde. Me gustaría pensar que ésa fue la causa o, más bien, la excusa. Aún así, no es un buen motivo, si es que lo hay, para que todos aquellos que gritaron "No a la guerra" durante 2003, y los que pidieron en su momento justicia por José Couso, no estuvieran el otro día. Frente a la Embajada de Estados Unidos había pocas personas, como reconoció la madre del cámara de Tele 5 asesinado. Ella misma dijo lo que pensábamos los allí presentes: ¿dónde están los medios? ¿Y los estudiantes de periodismo? No pude evitar que se me cayera la cara de vergüenza al oír en voz alta lo que yo misma estaba pensando. No vi más que a dos compañeros de mi Facultad, la de Ciencias de la Información, cuando sólo en mi carrera y en mi curso somos muchos más de 400 alumnos. En cambio, en las aulas la gente enarbola la bandera de la independencia, la libertad, la justicia del periodista. Cosas estupendas, que ahora me parecen utópicas.
Si ni siquiera defendemos a nuestros compañeros y las injusticias que nos afectan directamente, ¿cómo lograremos tener la empatía necesaria para entender a los demás? En anteriores fatídicos aniversarios, al menos éramos más. Ahora sólo tres. Como dijo Borges: que nuestra mente no sea porosa al olvido.