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El Gobierno fía al descenso del precio del petróleo el control de la inflación

El IPC volvió a subir en marzo y se sitúa en el 4,5%, el nivel más alto en 13 años

Alejandro Bolaños

La inflación no da tregua. Frente al vaticinio inicial del Gobierno, que no esperaba nuevos repuntes de los precios a partir de febrero, el IPC del mes pasado refleja un nuevo incremento al pasar del 4,4% al 4,5% en tasa interanual. La subida de los precios de consumo acumulado en los últimos 12 meses es la mayor desde julio de 1995.

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La subida del petróleo, que esta semana superó por primera vez los 109 dólares por barril, volvió a desbaratar los pronósticos. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, reiteró ayer que el Gobierno cree que la inflación se moderará "hasta el entorno del 3%" a finales de año. Pero lo vinculó a un próximo descenso del precio del petróleo, "un escenario perfectamente razonable".

También insistió Vegara en que el aumento de la inflación tiene su origen (y su hipotético final) en los precios fijados por los mercados internacionales de materias primas. "El repunte de precios ha afectado a todos los países industrializados", recordó el secretario de Estado de Economía, que se agarró a dos argumentos más para subrayar que el encarecimiento del coste de la vida en los últimos meses se debe a causas externas: la inflación subyacente, que excluye los precios energéticos, está en el 3,4%; y el diferencial con los países de la zona euro, según el índice armonizado (4,6% en España) se mantiene en 1,1 puntos porcentuales, la brecha promedio desde el nacimiento de la Unión Económica y Monetaria.

El escenario que el Gobierno aún considera razonable suscita más dudas a otros expertos e instituciones. Todos auguran que la escalada del precio del petróleo acabará en los próximos meses, pero muy pocos vaticinan un descenso significativo, con un impacto relevante en la inflación. El último informe del FMI, publicado esta semana, vaticina que el precio del west texas intermediate, el crudo de referencia en EE UU rondará un precio promedio de 95 dólares este año, muy por encima de los 71,9 dólares que marcó en 2007. Para el brent, que sirve de baremo a las transacciones europeas, los servicios de estudios españoles vaticinan un nivel medio entre 90 (BBVA) y 100 dólares (Fundación de Cajas de Ahorros), también claramente superior a los 72,5 dólares de 2007. Y la OPEP insiste en defender precios por encima de 100 dólares por barril.

El alza del crudo tiene su traducción directa en los precios de los carburantes (un 19% anual) de los coches y de los combustibles que se utilizan para la calefacción de viviendas (un 33%). Y seguirá dejándose notar: a partir de hoy la tarifa promedio del gas natural usado en las casas subirá un 2,14%, tras la última revisión realizada por el Ministerio de Industria por el alza de la materia prima.

Lo que sí parece dar alguna señal de contención son los alimentos, el otro foco inflacionista de los últimos meses. El precio de la leche bajó un 0,5% respecto a febrero, aunque en tasa anual aún acumula un incremento del 27%. El pan y los huevos apenas se encarecieron, pero los datos no son concluyentes: el arroz, por ejemplo, sufrió una notable apreciació el mes pasado, de la mano del repunte en los mercados internacionales. Y algunos derivados del trigo, como las pastas, o de la leche, como las mantequillas, aún registraron incrementos significativos el mes pasado. En conjunto, la subida anual de los alimentos elaborados se mantiene en el 7,4%.

En marzo, además, se añadieron otros elementos inflacionistas. Al incluir este año la celebración de la Semana Santa, el IPC del mes pasado incluye los habituales repuntes de los viajes organizados (7% respecto a febrero) y hoteles (6%), que en 2007 se incorporaron en abril. Y el Instituto Nacional de Estadística (INE) también llamó la atención sobre la menor caída del precio de los medicamentos, que el año pasado fue muy acusada.

Vegara consideró "demasiado pesimistas" los vaticinios del FMI, que prevé una inflación media del 4% para España en 2008. Pero la oposición y los agentes sociales volvieron a mostrar su preocupación. "El Gobierno no puede culpar de todo a lo que viene de fuera y no asumir ninguna responsabilidad", afirmó Miguel Arias Cañete, secretario de Economía del PP.

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