_
_
_
_
El debate de investidura

Viejos conocidos, nuevos rivales

Tenso cara a cara entre Zapatero y la ex eurodiputada socialista Rosa Díez - UPD acusa al presidente de manipular a los jueces para ayudar a ANV

Ambos se dieron las gracias, varias veces, por el buen "tono" empleado. Y, sin embargo, el de ayer fue el cara a cara más áspero de las dos jornadas de debate de investidura. Sesenta y cinco minutos de dobles sentidos, palabras gruesas y un desprecio mutuo soterrado pero indisimulable. De un lado, el candidato a presidente, José Luis Rodríguez Zapatero, y de otro Rosa Díez, ex eurodiputada socialista. La cabeza del PSOE frente a alguien que un día intentó serlo y que abandonó el partido hace ocho meses por entender que va a acabar desmembrando España.

Más información
Alonso confía en que el PP cambie tras su "fracaso"
"Las 12.500 almas que llegaron en cayuco son problema de todos"
"Del candidato de la retirada de tropas a éste... falta pasión"

Díez -hoy única parlamentaria de Unión Progreso y Democracia (UPD), que ha recabado 300.000 votos en sus primeras elecciones- aseguró que encara la legislatura sin ningún prejuicio ni a favor ni en contra de Zapatero, aunque sólo tuvo críticas para él. El candidato puso buen cuidado en no perder la sonrisa y dedicó a su adversaria más minutos que a ningún otro partido del Grupo Mixto. Pero fueron, igualmente, mimbres amables para una réplica plagada de dardos. Al final incluso calzó una vaporosa referencia a la deserción de la ex socialista. Ella ni siquiera contestó.

Los folios que Rosa Díez llevaba escritos empezaban exigiendo la reforma de la Ley Electoral para evitar paradojas como que UPD tiene los mismos votos que el PNV pero cinco escaños menos. "Hablo como representante de la cuarta fuerza política [de la oposición] en votos", subrayó. Después dejó sentados sus principios: "No apoyaremos a ningún Gobierno que no se plantee devolver al Estado la competencia en educación. España no puede permitirse 17 sistemas educativos divergentes, localistas y ajenos a la enseñanza de lo mucho que nos une".

Rápido pasó al asunto que le enfrentó durante toda la anterior legislatura a la dirección de su ex partido: la lucha antiterrorista. Y ahí llegaron las palabras más duras: "La derrota de ETA exige una justicia independiente que el Gobierno no pueda paralizar a su conveniencia. Hay que evitar que un fiscal general nombrado por el Gobierno pueda desmontar la Ley de Partidos permitiendo la vuelta a las instituciones de franquicias de ETA como ANV. No estaríamos hoy lamentando lo que ocurre en Mondragón y la nueva traición del PNV a los principios democráticos si su anterior Gobierno, señor Zapatero, no hubiera maniobrado y manipulado a la justicia durante su disparatado e inútil proceso de paz para permitir la vuelta a la impunidad del brazo político del terrorismo".

Igualdad y autonomía

Zapatero no se mostró indignado ante esa acusación, como sí hizo ante otras similares formuladas por el PP en debates pasados. Zanjó la cuestión afirmando que "en España, la justicia es independiente" y recordando los buenos resultados electorales del PSOE en el País Vasco.

Donde sí se paró, y mucho, fue en la segunda flecha lanzada por la diputada: "La España constitucional se romperá si se rompe la igualdad, y eso ha empezado a suceder", había dicho ella, poniendo como ejemplo la imposibilidad de escolarizar a los niños en castellano en Cataluña, la diferencia salarial entre funcionarios que realizan idéntico trabajo en distintas comunidades o las desiguales prestaciones sanitarias de las regiones.

"Usted habla de igualdad frente a autonomía. Confunde centralización con igualdad, lo cual me parece un problema de fundamentos teóricos serio", afirmó Zapatero sonriendo. Defendió con pasión la política lingüística catalana y terminó hilvanando toda una batería de medidas impulsadas por su Gobierno: la ley de Dependencia, la de Igualdad, los "nuevos derechos individuales", el cheque-bebé, el aumento de las pensiones y hasta la creación de una Unidad de Emergencias. "Eso favorece la igualdad. ¡Eso fortalece al Estado, y no la retórica de banderas!", soltó. Y ahí sí endureció el gesto, sólo por un momento.

Rosa Díez votó "no" a la investidura de Zapatero. El candidato se despidió contándole que "la coherencia y la lealtad" son principios que él aprendió en el PSOE.

Rosa Díez, durante su intervención.
Rosa Díez, durante su intervención.ULY MARTÍN

Dardos entre dos ex colegas de partido

- Díez a Zapatero: "La derrota de ETA no exige sólo declaraciones; exige una justicia independiente que el Gobierno no pueda paralizar a su conveniencia [...] No estaríamos hoy lamentando lo que ocurre en Mondragón si su anterior Gobierno, señor Zapatero, no hubiera manipulado a la justicia durante su disparatado e inútil proceso de paz para permitir la vuelta a la impunidad del brazo político del terrorismo".

- Zapatero a Díez: "¿Sabe dónde aprendí yo a respetar a todas las formaciones políticas y a tener coherencia y lealtad? Lo aprendí en el PSOE, del que me siento muy orgulloso".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_