Tres miradas sobre la guerra

Trece chicas, casi todas ellas menores de edad y afiliadas a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), fueron fusiladas la madrugada del 5 de agosto de 1939 contra las tapias del cementerio madrileño del Este, hoy de la Almudena. El director de cine Emilio Martínez-Lázaro llevó el pasado año su historia a la gran pantalla bajo el título Las 13 rosas, nombre colectivo con el que se bautizó a este grupo de muchachas víctimas de la represión franquista. El fotógrafo londinense Adriano Castoro se encargó de la foto fija del rodaje. Ahora, 30 de las imágenes que captó con su cámara se pueden contemplar en la FNAC de San Sebastián.

Aunque Castoro tomó las fotografías en color, luego las pasó a blanco y negro para acercarse mejor a ese terrible suceso ocurrido poco después de finalizar la guerra civil. Y es que la exposición se completa con la reproducción de imágenes originales de la época guardadas en el Archivo Regional de la Comunidad de Madrid.

"Como extranjero, ha sido una gran oportunidad para conectar y entender la historia de España", comentó ayer Castoro durante la presentación de su trabajo. La muestra se enmarca en el Festival de Cine y Derechos Humanos de la capital guipuzcoana, cuya sección puramente cinematográfica se desarrollará entre los próximos 18 y 25 de abril.

De hecho, la exposición Las 13 rosas no es la única que ya mira y reflexiona sobre las consecuencias de los conflictos bélicos dentro del festival. La mujer, el exilio, la belleza revisa a través de las fotografías de diferentes autores el drama de los millones de mujeres que se han visto obligadas a huir de sus países debido a diferentes guerras, porque ellas son las personas más afectadas por la violencia bélica y el éxodo. Según las estimaciones de la ONU, alrededor del 75% de los refugiados son mujeres jóvenes, ancianas, madres, niñas y niños.

La maternidad de Elna habla del exilio, pero también de la solidaridad. En este caso, la de una maestra suiza que creó en Francia una maternidad para atender las necesidades de los precarios campos donde se refugiaron, entre otros, muchos catalanes cuando su tierra cayó en manos de Franco.