Melodrama con 'Mamita'
Convertida en embajadora de las causas nobles, un concierto de Achinoam Nini (Noa) tiene más de adhesión ceremonial que de espectáculo de luz y sonido. Su compromiso con la paz es valiente y merece los mayores elogios. Pero como lo de anoche no era una conferencia sino un recital, habrá que enjuiciarlo bajo parámetros musicales. Y ahí, uf, surgen las discrepancias.
Noa glosó su quinto disco internacional, Genes & jeans, donde hermana la herencia yemenita con la modernidad neoyorquina. Sí. Se trata de un juego de palabras entre dos términos que suenan casi igual, pero presentar unas canciones pretendidamente trascendentales bajo el epígrafe Genes y vaqueros suena a ocurrencia de bachillerato. El disco resultará de provecho en academias de inglés, donde nuestros hijos aprenderán frases como "Ver la luz al final del túnel", "Sigue a tu corazón" o "Tú eres mi única oportunidad para creer en el verdadero amor". Metafísica pura.
No se trata sólo de empaque intelectual. También hay puesta en escena. Para The eyes of love (Los ojos del amor), el batería le acerca a la cantante, con gesto arrobado, un par de gafas. Luego llega Follow your heart, que Noa interpreta con un maletín en la mano izquierda. Ahora viene lo mejor: cuando nuestra protagonista se gira, el maletín esconde un corazón con lucecitas en su lateral. Pocas teleseries vespertinas podrían competir con semejante golpe de efecto.
Noa tiene una voz descomunal, pero la desperdicia en naderías. Lo mejor fue escucharla presentar a los técnicos de sonido improvisando un aria. Por si alguien hubiera reprimido las lágrimas, al segundo bis emergió Miguel Bosé para cantar La vida es bella con las manos entrelazadas. Papito cedía así a Mamita el testigo del melodrama musical. Muy fuerte, oiga.
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