Incendian seis máquinas en una constructora de Ponteceso
El fuego, claramente intencionado, se declaró en cuatro focos
Seis vehículos industriales que la empresa de construcciones López Cao tenía en unas instalaciones en la salida de la localidad coruñesa de Ponteceso ardieron la madrugada de ayer. Todo indica que el incendio fue intencionado, empezando porque el fuego se inició en cuatro puntos distintos y con una carretera por medio. La estimación inicial de los propietarios evalúa en unos 360.000 euros los daños de la maquinaria, que quedó irrecuperable.
"Quien lo hizo venía con muchas ganas, aunque no sabemos por qué"
"Fue claramente intencionado. Quien lo hizo venía con muchas ganas, aunque no sabemos por qué. No es sólo la pérdida económica, sino sobre todo el daño moral, la impotencia de no saber ni quién lo hizo, ni los motivos para hacerlo", aseguraba a primera hora de la mañana en el recinto el gerente de la empresa, Manuel López. "Somos una empresa estable, implantada en el sector desde hace más de 60 años y nunca hemos tenido ningún problema, ni desde luego amenazas previas", aseguraba mientras agentes de la policía científica de la Guardia Civil realizaban fotos y buscaban indicios.
Hasta el momento, las únicos hechos delictivos de los que habían sido víctimas fueron robos de chatarra o de combustible, "lo habitual en el sector de la construcción", comentó López. Al lado, los agentes inspeccionaban precisamente un bidón plástico que abandonaron allí hace días unos desconocidos que sustrajeron gasóleo de los camiones.
La maquinaria quemada -dos cabezas tractoras con sus correspondientes remolques, un camión de cuatro ejes, una retroexcavadora, una cuba de asfalto y una hormigonera- estaban en la cantera que la empresa posee en la carretera de Ponteceso a Carballo y en un aparcamiento vallado en el margen opuesto de la vía. Las llamas que destruyeron las cabezas tractoras y los remolques no afectaron afortunadamente a la planta de aglomerado asfáltico que López Cao tiene al pie de la cantera. "Si prende en ella, el fuego no se apaga en una semana", comentaba un trabajador.
El fuego se inició poco antes de las cuatro de la mañana, una hora a la que otros días ya hay trabajadores en las instalaciones, pero no la noche de domingos a lunes, lo que hace suponer a los afectados que el autor o autores del sabotaje conocían los horarios y las costumbres de la empresa. La alarma la dieron los vecinos, que intentaron sin éxito apagar el fuego. La valla que rodea tanto la cantera como el aparcamiento no mostraba señales de haber sido forzada, pero franquearla es bastante fácil.
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