El Barça irrita al Camp Nou

Cuando faltan siete jornadas, la Liga sólo tiene un par de certidumbres: el Getafe es un titán y el Levante, pese a la honestidad de su vestuario, descenderá a Segunda si la próxima jornada pierde en Sevilla con el Betis y el Recreativo vence al Barça. Con el resto de equipos todo es posible porque esta Liga es una noria, no hay ninguno que resulte del todo fiable, las rachas van por turnos y la clasificación resulta un jeroglífico. El juego del Madrid no cautiva, pero resiste como líder ante la bacheada trayectoria de sus perseguidores. El incansable Getafe, que cada semana aumenta su reputación por todo el continente, hizo despeñarse al Barça (0-0) y el Camp Nou explotó con una pañolada mayoritaria horas después de que el presidente, Joan Laporta, culpara del naufragio barcelonista al entorno mediático en un mitin ante las peñas. El equipo azulgrana desperdició su enésima oportunidad de arrimarse al líder. Hoy es un equipo tan irreconocible como impredecible y camina hacia una segunda temporada de barbecho.

Tampoco aguantó el Villarreal, que se topó con el Sevilla (2-0), un equipo tan huesudo en su campo como permeable en Chamartín hace una semana. El Villarreal había goleado al Atlético en la jornada precedente y ayer los de Aguirre le ganaron un set al modélico Almería (6-3). Eso sí, nadie simboliza la esquizofrenia del campeonato como el Atlético, al que el conjunto de Emery llegó a marcar tres goles en 25 minutos del primer tiempo jugando con uno menos por expulsión de Pulido. Al sorprendente Racing le cortó el vuelo el Deportivo (1-3), que ha remontado en las últimas semanas. Lo mismo que el Athletic, que dejó en la cuneta al Espanyol (1-0), que lleva una segunda vuelta desastrosa. Acabó la primera cuarto y desde entonces sólo ha ganado tres partidos. El Athletic, que ha llegado a asomarse al precipicio, hoy circula más cerca de la zona UEFA. Lo contrario que el Valencia, al que la final de Copa no ha estabilizado. Tras caer en Murcia (1-0), ya ha igualado un récord negativo: suma 14 partidos sin marcar, lo que iguala su registro de la temporada 85-86, en la que bajó de categoría. Un peligro que acecha al Zaragoza (0-3 ante el Betis), incapaz con Víctor Fernández, Garitano, Irureta y Vilanova. Con D'Alessandro o sin él. Su presidente, Eduardo Bandrés, culpa a la prensa y a los árbitros. Nada que reprocharse. Al estilo Laporta.