Fianzas injustas
Es lo de menos que a Juan Antonio Roca se le permita eludir la prisión por una suma para él irrisoria, mientras más de un delincuente menor permanece encarcelado por traficar con unos gramos de marihuana. Lo más grave, y de lo que menos se habla, es de la existencia misma de la institución de la fianza, que contradice claramente el principio de igualdad ante la ley. Sólo por disponer de recursos económicos, un presunto delincuente puede ahorrarse las penalidades de la cárcel, mientras que otro encausado debe esperar el juicio en condiciones que muchas veces producen daños psicológicos graves.
Y no se diga que la fianza se ajusta a las posibilidades económicas del detenido: en muchos casos los presuntos delincuentes -inmigrantes, por ejemplo- carecen de medios para depositar cualquier suma de dinero.
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