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Castiñeira pide valores que respondan a la nueva realidad social

Àngel Castiñeira, director del departamento de Ciencias Sociales de ESADE y de la colección editorial Observatori dels Valors, considera que las instituciones que han dado sentido a la vida de cada uno (familia, escuela, trabajo e Iglesia) están en crisis sin que se haya producido un recambio. Castiñeira, huyendo de planteamientos apocalípticos, pero "sin seguir ciegos ante las alarmas", apostó por una educación en los valores "que son dinámicos y que han de dar respuestas inéditas a realidades inéditas".

Estas reflexiones las hizo en un debate en el Fórum Social que organiza la Fundació Pere Tarrés con la colaboración de EL PAÍS. Castiñeira defendió que un país sostenible no lo es sólo porque aplique políticas medioambientales, sino que también ha de cuidar la calidad humana, y ello no pasa sólo por la red escolar. "Los cambios de valores no se pueden separar de los cambios temporales, de los procesos modernizadores".

Castiñeira destacó los procesos de individualización que se viven de manera radical, alejando a la persona de otros compromisos y conduciendo a una "desincrustación" del entorno social. El pluralismo moral, dijo, ha quitado la hegemonía ideológica a las instituciones que históricamente han construido sentido social.

Más tolerancia

Sin embargo, estos cambios de valores no presentan un panorama exclusivamente negativo. Según varios estudios, se advierte una mayor tolerancia a la diferencia (que en algunos casos termina en la mera indiferencia), la preferencia por los valores democráticos, el rechazo del autoritarismo, el deseo de autorrealización y el apoyo al pluralismo ideológico, tanto religioso como cultural. En el otro lado de la balanza se advierte, igualmente, un individualismo notable que instaura una "pura cultura del yo", el imperio del consumismo y del vivir al día, la incapcidad de asumir la frustración de un deseo insatisfecho y una personalidad líquida, término popularizado por Zygmunt Bauman, que se acomoda en un puro relativismo.

Castiñeira reivindicó la importancia de una educación en los valores, pero señaló que no puede hacerse a base de sermones sino con referentes ejemplares, destacando figuras que sean modelos de conductas y defiendan valores ejemplarizantes.

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