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La población de buitres se multiplica en la Mariola

80 ejemplares confirman la recuperación de la especie

La colonia de buitres leonados (gyps fulvus) se consolida en la sierra Mariola. Siete años y medio después del inicio de la reintroducción de esta especie en L'Alcoià y El Comtat, la población de buitres se ha multiplicado por diez y oscila entre los 70 y los 80 ejemplares en la época más cálida del año.

"El buitre ha sido un ave rapaz común en Alcoi", dice Àlvar Seguí

Los responsables del Proyecte Canyet, que es como se denomina la experiencia de reintroducción del buitre en la sierra Mariola y que respalda el Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (Fapas), calculan que este año 15 parejas de buitres intentan ya reproducirse. La iniciativa, que coordina Àlvar Seguí, ha conseguido triplicar el número de pollos de buitres después de tres años de estabilidad "gracias a las buenas condiciones" que concentra la cantera de Sant Cristòfol en la sierra Mariola. A este punto llegaron en noviembre de 2000 ocho ejemplares que provenían de distintos centros de recuperación de la Comunidad Valenciana, Navarra y Madrid. Justo un año después, se produjo una nueva liberación de ocho nuevos buitres llegados de centros de recuperación de Extremadura y Andalucía en torno al comedero de la cantera de San Cristòfol. En este entorno fueron también anillados 30 pollos para conseguir que se aclimataran a la zona y los buitres acabaran asentándose de nuevo en esta sierra.

Los extraordinarios resultados del Projecte Canyet no han pasado desapercibidos para los responsables de Fapas, que han destacado el caso de los buitres en Mariola como un hecho "inédito", tanto por la población asentada como por el escaso periodo necesitado para que esta especie habitase de nuevo en la zona. Un hecho que, en opinión de Seguí, demuestra "el buen estado de salud" de estas montañas. "El buitre ha sido un ave rapaz común aquí y que ha dejado constancia en la toponimia. Son ampliamente conocidos el Mas del Buitre en La Torre de les Maçanes, la Cava del Buitre en Agres o las peñas de la Buitrera en el parque natural de El Carrascar de la Font Roja", añadió Seguí. Su vuelta a estas montañas, tras muchos años en los que la especie había desaparecido, ha aportado beneficios. Lejos de la mala imagen que proyectan, estas aves carroñeras han permitido erradicar posibles infecciones. "Tienen un sistema digestivo que es capaz de eliminar cualquier alimento infectado", recordó Seguí.

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