El conservador Boris Johnson, favorito para ganar la alcaldía de Londres
La batalla por la capital se convierte en un termómetro de la política británica
El Reino Unido celebra elecciones municipales cada año y su valor político, aunque importante, suele ser relativo y no siempre permite medir las expectativas de los tres grandes partidos a nivel nacional. Este año, sin embargo, los comicios del 1 de mayo incluirán la elección directa del alcalde de Londres. Por primera vez desde que el alcalde es elegido directamente, los conservadores están en condiciones de ganar. El polémico y peculiar Boris Johnson aventaja en 12 puntos en los sondeos al actual alcalde, Ken Livingstone, conocido en tiempos como Ken el Rojo.
Los sondeos otorgan a Johnson 12 puntos de ventaja sobre el alcalde laborista
La irrupción de Boris Johnson, un periodista reconvertido a político que hasta ahora ha destacado más por su fino sentido del humor, su rapidez mental y su tendencia a meter la pata que por cualquier aspecto ortodoxo de una carrera política, tiene especial importancia porque la batalla de Londres se ha convertido en un termómetro de la política nacional británica. Con los conservadores de David Cameron 12 puntos por encima de los laboristas en los sondeos nacionales, una victoria en Londres sería especialmente valiosa para reforzar sus aspiraciones de volver a gobernar el Reino Unido.
Johnson y Livingston sólo se parecen en una cosa: su capacidad para convertirse en polémicos. Livingston salió del ala más izquierdista del laborismo y en 2000 desafió a Tony Blair y a todo el Partido Laborista y se presentó como independiente a las primeras elecciones directas a la alcaldía. Y ganó. El partido y Blair tuvieron que bajar la cabeza y pedirle que regresara: en 2004, otra vez bajo la etiqueta laborista, fue reelegido. Desde la alcaldía ha proyectado un Londres abierto y cosmopolita premiado con los Juegos Olímpicos de 2012, ha tomado la bandera del cambio climático y de las minorías y ha revolucionado el transporte público: ha introducido con éxito el peaje urbano y ha mejorado de forma radical el servicio de autobuses.
Pero tras ocho años de alcalde, parece que se le ha acabado la frescura. La polémica extensión del peaje urbano a los barrios señoriales del oeste de Londres, la ola de asesinatos de jóvenes en los barrios más deprimidos y los casos de nepotismo que le han costado la carrera a varios colaboradores se han convertido en una tara quizás decisiva.
Este año tiene enfrente al que él mismo ha definido como "el rival más fuerte" con el que ha topado nunca en unas elecciones. Al contrario que Ken el Rojo, Boris Johnson es un conservador a carta cabal, liberal en lo económico, tradicional en lo social, libertino en lo privado y aparentemente más interesado en la teatralidad de la política que en transformar el mundo. Su historial político es nulo y su incipiente carrera como responsable de Cultura en tiempos de Michael Howard -ex líder de los tories- se truncó por un editorial que escribió para la revista política The Spectator. Pero es popular entre las clases medias y ha hecho enormes esfuerzos por parecer menos frívolo. Quizá por eso los sondeos le otorgan un 65% de posibilidades de ganar Londres.
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