Sanidade aplaza el cambio de nombre del Juan Canalejo exigido por la ley
Educación deja en manos de los centros la retirada de denominaciones franquistas
La Consellería de Sanidade no tiene intención de abordar, por el momento, el cambio de denominación del Hospital Juan Canalejo. La institución sanitaria seguirá llevando el nombre que la identifica con el jefe de Falange en A Coruña en los meses previos a la sublevación militar que provocó la Guerra Civil y dio lugar a la dictadura franquista.
Todo ello a pesar de que la Ley de la Memoria Histórica exige cambiar el nombre a los edificios públicos que supongan la "exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".
La redenominación ya se consideró en la época de Felipe González
Un portavoz del departamento que dirige la socialista María José Rubio aseguró ayer que la consellería esperará a que se desarrolle el catálogo de "vestigios de la Guerra Civil y la Dictadura" que serán excluidos de la aplicación de la ley antes de tomar ninguna determinación. Sin embargo, el catálogo de excepciones al que se refiere Sanidade afecta exclusivamente a "las menciones de estricto recuerdo privado, sin exaltación de los enfrentados, o cuando concurran razones artísticas, arquitectónicas o artístico-religiosas protegidas por la ley". Ese catálogo, tal y como establece la normativa sobre Memoria Histórica, debe ser elaborado por el Gobierno en colaboración con las comunidades autónomas y las entidades locales.
El portavoz parlamentario del PSdeG, Ismael Rego, cuyo grupo apoyó la semana pasada una proposición no de ley del BNG que pide a la Xunta la supresión de las referencias a "personajes representativos o partidarios de la dictadura franquista", admite que hay que cumplir la ley, pero señala una dificultad especial el caso específico del hospital Juan Canalejo. La entidad, razona Rego, ha conseguido alcanzar prestigio en el conjunto de España y, en algunas especialidades, también en el extranjero. Y ese reconocimiento de la comunidad científico-médica puede ponerse en peligro con un cambio de denominación que la desvincule del prestigio acumulado durante los últimos 20 años.
No es esta la primera vez que se plantea la posibilidad de cambiar el nombre al hospital. Hace dos décadas, durante el mandato del socialista Felipe González y cuando la sanidad gallega todavía dependía del Gobierno central, el Ministerio de Sanidad dio instrucciones a los responsables de los centros con nombres relacionados con el franquismo para que considerasen la posibilidad de promover un cambio de denominación.
Aquella iniciativa dio lugar al cambio de nombre del Xeral Calde de Lugo (entonces conocido como Hermanos Pedrosa, en alusión a dos relevantes falangistas) y del Xeral Cíes de Vigo (hasta ese momento conocido por el nombre del Almirante Vierna, comandante del sublevado crucero Baleares).
El único que no cambio de nombre fue el Juan Canalejo. Según el diputado socialista Francisco Cerviño, entonces gerente del hospital, la dirección del centro consideró el cambio pero no llegó a concretarlo. En contra pesaron la consideración de que se trataba de una denominación común en la ciudad (hay una calle y un grupo de viviendas que se llaman igual) y el hecho de que no era un personaje muy conocido. También influyó, reconoce Cerviño, que además de "verdugo" fuese "víctima". Cuando tuvo lugar la sublevación, el 18 de julio de 1936, Canalejo estaba en prisión en Madrid, acusado de conspirar contra la República. Dos meses después acabó sus días fusilado en Paracuellos del Jarama (Madrid).
Si Sanidade no tiene prisa en cumplir la Ley de la Memoria Histórica, la Consellería de Educación tampoco. Un portavoz de este departamento, dirigido por la también socialista Laura Sánchez Piñón, aseguró que dejará el cambio de nombre de los centros de enseñanza identificados con el franquismo en manos de sus respectivos consejos escolares y de los ayuntamientos de los que dependen.
La misma fuente, sin embargo, no quiso precisar si Educación va a dar instrucciones al respecto y se limitó a asegurar que la consellería "actuará en consonancia" con la resolución del Parlamento que ha pedido a la Xunta que cambie los nombres.
La propuesta del Bloque, defendida por el nacionalista Manuel Parga Núñez, se aprobó la semana pasada con la oposición expresa del Partido Popular. Aunque ni la resolución parlamentaria ni ninguno de los portavoces del PSdeG y del Bloque se refirió en aquel debate al ex presidente de la Xunta, Manuel Fraga, el PP se dio por aludido y consideró esta iniciativa un intento de retirar honores a su presidente fundador.
En aquella ocasión, y en defensa de las personalidades del franquismo honradas por el régimen, el portavoz del PP aseguró que de algo "tenían que vivir".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.