La mayoría de los municipios sin pacto PSdeG-BNG tienen alcalde socialista
Los socios del bipartito, "razonablemente satisfechos" del acuerdo local
Nueve meses después de la constitución de los ayuntamientos, socialistas y nacionalistas se muestran "razonablemente satisfechos" con el grado de cumplimiento de los pactos que suscribieron después de las elecciones municipales. Gracias a ellos PSdeG y BNG se aseguraron un total de 78 alcaldías, la mayoría de ellas con gobiernos locales de coalición.
Los presupuestos pueden conducir a cerrar acuerdos pendientes
Después de que las direcciones de PSdeG y BNG cerraran el pacto global por el que se aseguraron el apoyo mutuo allí donde el PP no logró mayoría absoluta, los resultados de las negociaciones en cada ayuntamiento demuestran que los acuerdos para formar grupos de gobierno compartidos y estables han resultado más fáciles allí donde el bastón de mando correspondía a un nacionalista que en los municipios en los que la alcaldía quedó en manos de un candidato socialista. De hecho, apenas un 25% de los ayuntamientos con alcalde del Bloque sin mayoría absoluta no han conseguido formar coalición con los socialistas, un porcentaje que sube al 45% cuando el regidor es del PSdeG. ¿La causa? Ambas formaciones coinciden en señalar varios motivos, desde la intransigencia a viejas rencillas políticas locales.
Ni la dirección del PSdeG ni la del Bloque confían en que las negociaciones que todavía se llevan a cabo terminen fructificando, aunque no descartan que los pactos presupuestarios faciliten nuevos acuerdos. Tal es el caso del Ayuntamiento de Mos (Pontevedra), con alcalde socialista, que acaba de cerrar un acuerdo estable de gobierno con el PSdeG. Y podría serlo pronto de Gondomar (Pontevedra), en este caso con regidor nacionalista.
En todas partes hay siempre matices y conflictos de ámbito local, pero, de momento, el pacto municipal ha sido un éxito. Las 50 coaliciones suscritas hasta la fecha (33 con alcalde socialista y 13 con bastón de mando del Bloque) gozan en general de buena salud. Sólo una de ellas, la de Vilariño de Conso (Ourense), con alcalde del PSdeG, está formalmente rota desde el mes de septiembre.
Los problemas, sin embargo, persisten en 28 ayuntamientos en los que el pacto se cumplió (ambas fuerzas se apoyaron mutuamente) pero las negociaciones siguen sin llegar a buen puerto. El caso más importante sigue siendo Lugo, donde el alcalde, Xosé López Orozco, se niega a aceptar las demandas de los concejales nacionalistas, que considera muy superiores al respaldo que obtuvieron en las urnas. Así lo interpreta también el secretario de Organización del PSdeG, Ricardo Varela.
Desde el punto de vista del Bloque, se trata de mucho más que eso. "Hay sectores y alcaldes del PSOE que cuestionan abiertamente la política de pactos con el BNG", asegura Roberto Mera, responsable nacionalista de Política Municipal. Hay alcaldes socialistas que parecen preferir acuerdos puntuales con el PP, denuncia Mera. Tal es el caso del regidor de Lugo, pero también de los de Vimianzo o Cambre. Y otros que se resisten a firmar acuerdos, como ocurre, siempre según la óptica de los nacionalistas, en Ames, As Pontes, Foz, O Carballiño, Silleda o Vilaboa.
"Después está la estrategia de la provincia de Lugo", apunta Mera. En Portomarín, Pol, Castro de Rei y A Fonsagrada el Bloque ha constatado una actuación "unificada" de los socialistas negando a sus socios potenciales las competencias y la autonomía establecidas en el acuerdo suscrito por Emilio Pérez Touriño y Anxo Quintana después de las municipales.
En los ayuntamientos en los que persisten los problemas, sus protagonistas han optado por diferentes enfoques. En Teo y Ames (con regidores del Bloque y del PSdeG, respectivamente) se han votado cuestiones de confianza. En otros, en los que el pacto no era imprescindible, socialistas y nacionalistas han optado por autoexcluirse, como ha sucedido en Mugardos y en Ferrol. Ribadeo es un buen ejemplo de problemas locales que hacen inviable aplicar el acuerdo diseñado para toda Galicia: allí el BNG arrebató la alcaldía al PSdeG y esa circunstancia, reconocen en el Bloque, deja heridas difíciles de cicatrizar.
Las sombras de tres ayuntamientos
Las sombras del pacto tienen que ver con tres ayuntamientos de la provincia coruñesa, en los que el PSdeG se vio perjudicado por la indisciplina de los concejales del Bloque y con el equilibrio de poder en el seno de la Federación Galega de Municipios e Provincias (Fegamp). Los socialistas tienen muy presente que la dirección del BNG renunció a expulsar a los ediles que impidieron la elección de alcaldes del PSdeG en Porto do Son, Muros y Corcubión, lo que constituye una flagrante violación del pacto municipal.
Para colmo, denuncian, los representantes nacionalistas en Muros y Corcubión han ido aún más lejos y han formado acuerdos estables de coalición con el Partido Popular, una alianza que la dirección socialista califica de "insólita". Es una "novedad política; supone un elemento sustancial nuevo que nunca antes se había dado", destaca el secretario socialista de Organización, Ricardo Varela. Y que contrasta, añade, con la decisión del PSdeG de expulsar inmediatamente en Pontecesures a los responsables del único incumplimiento del pacto achacable a los socialistas.
El número dos del PSdeG sostiene que se trata de "un incumplimiento grave" de los acuerdos, pero añade que "no debe perjudicar" a los ayuntamientos en los que el pacto sí está funcionando. "No deben pagar justos por pecadores", acepta Varela.
Desde la otra parte admiten el incumplimiento, pero aseguran que las coaliciones con el PP han sido "desautorizadas y siguen desautorizadas". "No las aceptamos ni las asumimos", afirma, tajante, su secretario de Política Municipal, Roberto Mera. A pesar de ello, admite, el BNG paralizó los expedientes de expulsión abiertos contra sus concejales. Lo hizo, explica Mera, como respuesta a la negativa del PSdeG a establecer un turno rotatorio en la presidencia de Fegamp, algo que los nacionalistas consideran un incumplimiento "muy grave" de los pactos y que el PSdeG niega haber pactado con sus socios del Bloque.
Con todo, en el Bloque tampoco quieren ahondar en la disputa. Y para evitar que otros concejales echen mano de la Fegamp para justificar nuevas indisciplinas, han dado instrucciones explícitas para que todos sus concejales sepan que la ejecutiva nacional "no permitirá" a ninguno de sus ediles otro incumplimiento de los acuerdos firmados con el PSdeG.
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