Las licencias para pisos nuevos caen el 25% en Barcelona
El plazo de venta de las viviendas se alarga de 21 a 34 meses en un año
La crisis inmobiliaria está pasando factura al sector de la construcción. No es raro que las constructoras se aferren a la obra civil, puesto que la edificación de inmuebles está bajando en todos los segmentos, salvo el hotelero. El número de licencias para obras mayores concedidas por el Ayuntamiento de Barcelona el año pasado descendió el 11%. La caída fue drástica sobre todo en la construcción de nuevas viviendas. Con los permisos otorgados en 2007 se construirán 4.769 viviendas, el 25% menos que en el año anterior.
Las ventas de casas de segunda mano pueden bajar el 32% este año
Los empresarios están frenando sus promociones por el parón en las ventas, que también está afectando a la capital catalana. El informe sobre el sector de la vivienda en Cataluña en 2007 elaborado por la Generalitat, señala que el plazo medio de venta de un piso en Barcelona es de 34 meses, cuando en 2006 era de 21 meses. "Las inmobiliarias son empresas con plazos de maduración de su producto muy largos, de entre 18 y 24 meses. Y es cierto que hay sobreoferta, aunque se debe analizar dónde está, por qué y cómo se puede ajustar al mercado", explica el director de Análisis Inmobiliario de Analistas Financieros Internacionales, Pep Ruiz.
Las caídas de permisos para viviendas de obra nueva son más acusadas en los distritos de Ciutat Vella, donde se desplomaron un 75%; Sant Martí, con una bajada del 52%, y el Eixample, donde lo hicieron el 37,5%. En cambio, los permisos para edificar pisos crecieron alrededor del 50% en Gràcia y Sarrià-Sant Gervasi, de acuerdo con los datos del departamento de Estadística del Ayuntamiento.
En conjunto, con las licencias de obra otorgadas se construirán 1,42 millones de metros cuadrados de techo, el 26% menos que en el año anterior. El único segmento que crecerá en superficie será el hotelero, el 39,6%. Éste no cambiará su tónica de crecimiento, a pesar de que el incremento de turistas ya no es tan acelerado como en años anteriores. Los permisos para construir oficinas, que habían tirado del carro del sector en años anteriores, también descienden (véase gráfico), pero no tanto como el espacio para centros y locales comerciales, que lo hace el 44,5%.
Los promotores inmobiliarios admiten ya que hay una importante cantidad de pisos en existencia de los que no pueden deshacerse. Esa es la razón que ha puesto contra las cuerdas a algunas grandes empresas. La Generalitat asegura que la oferta en la capital catalana creció el 29,6% el año pasado. Si la demanda se para, los plazos se alargan y hay más pisos, no es de extrañar que las compañías decidan parar sus promociones.
En cuanto a los pisos de segunda mano, la encuesta semestral de la Generalitat a los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (API) señala que las perspectivas del sector para este año pasan por que las ventas caigan el 32,6%. A pesar de que tradicionalmente ha sido la zona con más demanda de vivienda, los API creen que los descensos serán más elevados en la primera corona de Barcelona.
Así como la crisis inmobiliaria ha mermado en 1.141 millones de euros el Presupuesto de la Generalitat, aquélla apenas se nota en los números del Ayuntamiento de Barcelona. El asesor técnico del área de Hacienda del consistorio, Enric Puig, explica que el impacto para este año será sólo de un descenso de 12 millones de euros, que se verá compensado con creces por el aumento de la recaudación del impuesto sobre bienes inmuebles, que no depende de la actividad constructora, sino de los valores catastrales de los edificios.
Puig recuerda que las licencias de obras suponen el 0,7% de los ingresos corrientes, el impuesto sobre las construcciones, instalaciones y obras (ICIO), el 2%, y el tributo de plusvalías, el 5%. La dependencia del Ayuntamiento de Barcelona de estos impuestos y de las licencias de obras es menor que en otros municipios, algunos de los cuales ya han expresado su preocupación ante el parón del sector.
La duda que tiene el Ayuntamiento es si la crisis mermará las transferencias del Gobierno central al consistorio "por la vía del impuesto sobre el valor añadido (IVA)", que se abona en las compraventas de pisos nuevos y en las rehabilitaciones de edificios.
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