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OPINIÓN
Columna
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Mercadeo partidista

El secretario de organización del PSOE, José Blanco, se reunió esta semana por separado con cada uno de los portavoces de los partidos que obtuvieron representación parlamentaria el 9-M a fin de tantear fuerzas e intercambiar propuestas en torno a la elección por los plenos de las cámaras -el próximo 1 de abril- de sus órganos rectores. Ese mercadeo interpartidista dentro de las Cortes prefigura la política de alianzas del Gobierno y el sentido del voto de los grupos parlamentarios en la sesión de investidura presidencial.

Las preferencias manifestadas por el PSOE en favor de CiU y del PNV como socios estables -o cuando menos habituales- en la legislatura hacía presumir un fácil entendimiento entre los tres grupos a la hora de cubrir los cargos parlamentarios en juego. Sin embargo, una patosa salida de pie de banco del candidato gubernamental a la presidencia del Congreso, mirado con recelo por los nacionalistas a causa de su facundia patriotera como ministro de Defensa, ha vertido arena en los engranajes de la negociación. La cuchufleta de José Bono -continuador de la oratoria españoleadora del charlista Federico García Sanchiz- fue afirmar su propósito de "atizar con la guía de teléfonos" a los defensores de "la exclusividad de lo diferente para forjar privilegios".

Una broma inoportuna de Bono, candidato del PSOE a la presidencia del Congreso, irrita a los nacionalistas

La investigación del malogrado estadístico facultativo José Aranda (una síntesis de la cual fue publicada en el número 87 de Claves de razón práctica) acerca de la mezcla demográfica del pueblo vasco fundamentada sobre el censo de 1991 y diversas encuestas y estadísticas mostró que sólo el 20% de los residentes en el País Vasco tienen los dos primeros apellidos de origen euskaldún. Pero esta vez el objetivo de Bono no eran los vascos sino los catalanes: según el ex ministro, la comparación de las guías telefónicas de Madrid y Lleida muestra las semejanzas de los apellidos en ambas. Aunque el portavoz de CiU tuvo la elegancia de no glosar la intervención del futuro presidente de la Cámara, el representante del PNV hizo gala de su ignorancia en materia de tauromaquia y zoología para justificar despectivamente -"es mejor que los cabestros estén encerrados en su redil para que no hagan daño"- su voto a favor del candidato socialista.

En cualquier caso, la designación de Bono como presidente del Congreso no corre peligro; en el improbable supuesto de que no consiguiera el cargo en primera vuelta, siempre tendría el consuelo de la mayoría simple del segundo pleno. El procedimiento reglamentario para elegir a los demás miembros de las mesas (cuatro vicepresidentes del Congreso y dos del Senado, cuatro secretarios en ambas cámaras) entrega al PSOE y al PP -con más del 90% de escaños- las llaves para hacerles un hueco a CiU y al PNV: dado que los populares se aferrarán a su cuota, sólo la cesión por los socialistas de vicepresidencias o secretarías teóricamente suyas permitirían a los nacionalistas acceder a los órganos rectores de las cámaras.

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