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El monasterio de La Valldigna recupera el refectorio del siglo XV

La próxima intervención en el recinto será para habilitar un hotel

El monasterio de Santa María de La Valldigna ha recuperado para el uso público y visitas dos de sus antiguas estancias: el refectorio, construido en el siglo XV bajo el mandato del abad Juan de Aragón, y el locutorio. Las obras, dirigidas por el arquitecto Salvador Vila, responsable de la coordinación del plan de rehabilitación del cenobio cisterciense, han tenido un coste de 1,7 millones de euros, financiados por la Generalitat, propietaria del monasterio.

Una estancia alberga restos arqueológicos recuperados

Además de estas dos actuaciones, se ha habilitado una estancia provisional, que alberga parte de los restos arqueológicos recuperados en las excavaciones realizadas en el recinto monacal y supervisadas por el arqueólogo José Manuel Martínez. En total, se ha intervenido en una superficie de unos 600 metros cuadrados. La obra más relevante ha sido la recuperación del antiguo refectorio. De la estancia original cerrada, utilizada por los monjes como comedor, solo se mantenían en pie tres muros. El cuarto muro y la bóveda desaparecieron por la degradación del monasterio y por una posible explosión con dinamita, según las huellas encontradas en algunas de las paredes. En las excavaciones se habían recuperado los arranques originales de la bóveda de crucería que cubría la estancia, parte de las dovelas de los arcos, y otras piezas como la base del púlpito del lector, que se han restaurado y han sido colocadas en su lugar de origen. "Se ha recuperado un espacio que no existía", una estancia "emblemática por su uso" en el antiguo monasterio, y representativa del estilo gótico, destacaba ayer el arquitecto Salvador Vila.

El próximo proyecto de intervención en el monasterio es también uno de los más ambiciosos, la construcción de un hotel en la antigua hospedería del recinto. Vila avanzó que está finalizando el proyecto de ejecución de esta obra. La Generalitat estudia, además, la posibilidad de iniciar un proceso similar al que se siguió en la recuperación del claustrillo del Palau del Abad, trasladado al palacete del Canto del Pico en Torrelodones (Madrid) entre los años 1920 y 1926, en otras piezas del monasterio, que también fueron desmanteladas en esa época. Se trata de al menos una docena de dovelas y algunas ventanas que, según Vila, podrían ser también originarias del cenobio de La Valldigna, y que se encuentran en el Canto del Pico. Otra pieza arquitectónica importante, un arco conopial de la Sala Capitular, ha sido localizado en Bétera. En 2006 el cenobio cisterciense recuperó la antigua Fuente de los Tritones, trasladada en los años cincuenta a los Jardines de Viveros de Valencia.

A la inauguración de las últimas actuaciones de restauración en el cenobio cisterciense acudió ayer la consejera de Cultura, Trinidad Miró. Desde algunos sectores de La Valldigna se ha cuestionado la paralización en los últimos meses de las actividades desarrolladas en el monasterio, como encuentros internacionales de historia y cultura, que gestionaba la Fundació Jaume II El Just. Este organismo, dependiente de la Consejería de Cultura, nació con la intención de impulsar las obras de rehabilitación y la difusión internacional del recinto. Su gerente, Vicente Burgos, abandonó hace unos meses el cargo, y su puesto no ha sido cubierto. La responsable de Cultura en el Consell dijo ayer que este organismo está funcionando con "una administrativa y varios trabajadores", y no consideró necesario el nombramiento inminente de un nuevo gerente. Tampoco concretó el futuro de la fundación.

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