"Tengo una moto que no me la merezco"

Por si su ego fuera miseria, a Jorge Lorenzo (Palma de Mallorca, 1987) sólo le faltaba llegar a MotoGP de la mano de un equipo oficial, y en su primera carrera, en Qatar, acabar segundo por delante de Valentino Rossi, su compañero de equipo y el mejor piloto de todos los tiempos, y de Dani Pedrosa, su viejo enemigo en 250cc. Hay que ver al mallorquín, el mismo gesto de perdonavidas de la temporada pasada pero potenciado por su nuevo status de piloto top, paseando por la trastienda del circuito de Jerez.

"Rossi sigue siendo Dios, el mejor. Puede quedar el décimo y nadie le da de lado"

"No necesito la rivalidad con Pedrosa y no voy a echar más leña al fuego"

"Mi carrera no acabará sin ser campeón del mundo en GP, seguro"

Pregunta. El año pasado, el día que se proclamó bicampeón del mundo de 250cc, aseguraba que, para usted, Valentino Rossi era Dios. ¿Qué sintió en Qatar, cuando adelantó al todopoderoso, como un avión, en una apurada de frenada?

Respuesta. Valentino sigue siendo Dios, pero cuando estás adelantando no piensas en ello. En la pista veo pilotos con motos negras y cascos negros. Para mí, en una carrera todos los pilotos son iguales porque, si piensas que estás luchando con Rossi o con Capirossi, te pones nervioso y no vas rápido. Pero lo de Qatar no ha cambiado mi opinión sobre Valentino: sigue siendo el mejor.

P. Hasta Qatar, sólo había rodado en entrenamientos, nunca había peleado con nadie por la posición. Al llegar a la frenada de la primera curva, ¿sintió exactamente lo que había previsto?

R. No esperaba ponerme tan nervioso. Ya en el hotel tenía hormigas en el estómago y pensé: 'Mal vamos'. Y las seguía sintiendo en el circuito, tres horas antes de comenzar. Eso me restó energía. En la parrilla también me pasó, no era yo mismo. Me sorprendió porque pensaba que la temporada pasada había conseguido dominar los nervios. Pero se ve que es normal, esto es MotoGP.

P. ¿Le volverá a ocurrir este domingo?

R. No creo. En Qatar estaba nervioso, porque con esta moto no había adelantado a nadie, no sabía cómo hacerlo. Había completado simulacros de carrera (tandas de más de 20 vueltas seguidas), pero no sabía cómo iba a reaccionar en medio de ese jaleo. No me imaginaba esa locura que hubo en las primeras vueltas. Ahora ya sé cómo comportarme en una carrera de MotoGP.

P. ¿Qué aspectos de la moto y la categoría aún desconoce por completo?

R. Lo que más me preocupa es mi rendimiento al cambiar de circuito. Qatar me gusta mucho y Jerez también, pero luego iremos a Portugal, donde siempre he tenido problemas, y no será lo mismo.

P. Su equipo de mecánicos alucina con usted porque consigue mantener el ritmo constante cuando los neumáticos se degradan...

R. Parece mentira que el segundo puesto de Qatar fuera el peor simulacro que hicimos. En las últimas vueltas rodé muy lento, algo que no me había pasado nunca. En parte fue por culpa mía, porque se me agarrotaron los brazos debido a la tensión, y me cansé.

P. De todas formas, antes de aterrizar en Doha, ya había quien aseguraba que era posible que consiguiera la pole, como al final ocurrió.

R. Y la mayoría confiaba en que iba a ganar. Ellos saben de lo que soy capaz y confían en mí. Pero si va a ver a los técnicos de Dovizioso, pensarán lo mismo de él. Le ocurrirá lo mismo con los de Dani, o los de Valentino.

P. ¿Cuál es su principal virtud encima de su nueva moto?

R. El paso por curva. Respecto a los demás pilotos, siempre llevo el gas un poco abierto en medio de la curva. Ellos lo sueltan todo en la entrada del viraje, enderezan la moto y luego lo vuelven a abrir. Tengo defectos importantes; en agua voy fatal, no salgo demasiado bien. Pero la velocidad en el paso por curva es uno de mis fuertes.

P. ¿Y lo que más se le atraganta?

R. Las frenadas. En mi mente está el acercarme al nivel de confianza que tenía en mi primer año en el dos y medio, cuando pilotaba una Honda. Luego, con la Aprilia me costó un poco más. Pero son motos distintas y, a lo mejor, con la Yamaha puedo frenar bien pero no alcanzar el nivel que a mí me gustaría.

P. ¿Ha sufrido mucho para adaptarse a las exigencias [peso, inercias, velocidad] de la categoría?

R. He llegado a la conclusión de que, encima de la moto, lo mejor es ser yo mismo. Cuando he querido imitar a otros pilotos, cuando he tratado de conducir como dicen que hay que hacerlo en una MotoGP, siempre he ido más lento. Dicen que en las curvas lentas hay que angular mucho: frenar muy tarde y acelerar cuanto antes, pero siempre con un paso por curva lento. Pues bien, cuando he tratado de hacerlo no me ha salido bien. Si tengo un paso por curva rápido, me toca aprovecharlo.

P. Al salir de las curvas, la figura que dibuja con su moto es parecida a la de Pedrosa y Stoner, descolgados hacia adelante y con el lateral interior del casco pegado a la parte de abajo del depósito. ¿Ha aprendido algo de ellos?

R. Stoner es muy agresivo y levanta la moto muy rápido, al igual que Pedrosa, que es mucho más fino. Los dos levantan la moto muy pronto. Yo prefiero fijarme en Valentino porque es el único que últimamente ha ganado subido a una Yamaha.

P. Oyéndole hablar a usted y a Pedrosa sobre su rivalidad, parece que él se siente un poco más incómodo...

R. Yo no necesito que exista ninguna rivalidad con Dani, y no voy a echar más leña al fuego para que ocurra. Somos distintos y hay muchos aficionados; a unos les gustará su personalidad y otros preferirán la mía.

P. ¿Qué le parece su moto?

R. Que no me la merezco.

P. ¿Ya le ha pedido algo a Yamaha, o de eso se encarga Rossi?

R. No, no. La moto es increíble pero no perfecta. Ahora mismo no puedo pedir más. Estoy en un equipo de cinco estrellas con gente de cinco estrellas a mi alrededor.

P. Masao Furusawa, el máximo responsable de Yamaha en las carreras, ha dicho esta semana que su tremenda irrupción en MotoGP supone un pequeño problema porque pone en peligro la "armonía de la organización interna de la marca..."

R. Es una opinión simpática. Sólo llevamos una carrera y faltan 16 más. La tortilla puede dar la vuelta. Y, en teoría, así debe ser. A nadie le gusta perder, y a Valentino menos.

P. ¿Cuando uno comparte equipo con él, percibe la importancia que tiene dentro de una fábrica como Yamaha?

R. Este tío es el único piloto del Mundial que, aunque termine el décimo, tendrá el mismo poder que el campeón. A cualquier piloto que haga el 12º, o el 15º, todo el mundo lo deja de lado. Los periodistas, los jefes de equipo o los patrocinadores. Eso no le pasa a él.

P. ¿Se imagina terminar su carrera profesional sin ser campeón del mundo de MotoGP?

R. Eso no va a suceder, seguro.

P. Siempre dice que visualiza las carreras antes de correr. ¿Qué ha visualizado para este domingo?

R. Hay muchos pilotos que van a salir a ganar, yo soy uno de ellos.

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