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El joven piloto quedó moribundo tras ser arrastrado tres kilómetros

La víctima perdió sangre y órganos que le causaron la muerte poco después

D.W.C., ciudadano británico residente en Polop de la Marina, reconoció finalmente que lo que -junto a su esposa- abandonó tras realizar con su coche bruscas maniobras hacia atrás y hacia adelante en una tranquila calle de La Nucia no era un perro, sino el cuerpo aún con vida de un joven que había sufrido un accidente cuando iba en ciclomotor y que tuvo la mala suerte de ser recogido por el coche de la pareja británica, que lo había arrastrado durante casi tres kilómetros.

El hombre, experto en mécanica, intentó simular los daños del vehículo

El abogado de la acusación, José Luis Benedicto Gil, explicó que el detenido se desmoronó cuando prestó declaración, ayer en Benidorm, y reconoció los hechos, cambiando su primera versión exculpatoria, en la que aseguraba que los restos hallados en los bajos delanteros del vehículo correspondían a un can. "Él ha dicho que tenía al principio sus dudas sobre lo que llevaban atrapado en los bajos, pero al advertirle la mujer de que [en el lugar del accidente] había una motocicleta, dedujo que lo que arrastraba no era un perro, sino una persona. Al final ha acabado confesando que no era un perro", explicó Benedicto. La esposa del detenido, A.M.G, también detenida, mantuvo sin embargo la primera versión y negó haber sido consciente de que arrastraban a una persona.

Los hechos ocurrieron el pasado viernes a las 20.00 horas en la carretera CV-763 que une La Nucia y L'Alfàs del Pi, a la altura de la urbanización San Rafael. El joven alfasino José Caro Buendía fue arrollado por un vehículo cuando se dirigía hacia su población, en lo que en principio no dejaba de ser un accidente leve. El turismo del matrimonio británico, que circulaba en sentido contrario, hacia Polop, lo atropelló cuando, tras la primera colisión, estaba en el suelo. El joven quedó atrapado en los bajos del vehículo. Pero, en vez de detenerse a prestar auxilio, el conductor circuló durante 2,9 kilómetros en dirección a La Nucia, hasta la calle de Serrella.

Fuentes de la investigación han explicado detalles macabros sobre el trágico final del joven que han provocado un fuerte impacto emocional incluso en el equipo forense analizó los restos. Durante el trayecto, con el joven alojado en la parte delantera, el vehículo dejó un reguero de sangre, rastro que sirvió para localizar a la víctima minutos después, cuando los ocupantes de otro coche siguieron extrañados la estela dejada por los restos en la calzada. En su recorrido hacia Polop, el matrimonio se desvió hacia la apartada calle de Serrella, donde realizó varias maniobras bruscas con la marcha hacia delante y hacia atrás para desprenderse del cuerpo.

Fuentes del caso han explicado que el joven permaneció con vida hasta una hora después del primer impacto, incluso cuando llegó el SAMU y tan solo contaba con la parte superior del tronco, según las mismas fuentes. El equipo médico apenas pudo mantener varios minutos con vida al accidentado.

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La detención de los dos británicos el pasado lunes fue posible mediante la alerta activada por el sistema de reconocimiento de matrículas instalado por el Ayuntamiento de La Nucia para control del tráfico, aún en fase de pruebas. El sistema de vigilancia registró el trayecto del vehículo por esta localidad, situada entre L'Alfàs y Polop. La Policía Local de La Nucia avisó a la Guardia Civil de la matrícula sospechosa. Cuando el lunes el vehículo de los británicos volvió a entrar en el circuito municipal controlado por las cámaras, saltó la alarma, lo que permitió que el cuerpo de seguridad local pudiera detenerles cuando pasaban por delante mismo del retén policial.

Al parecer, el conductor del vehículo, con conocimientos de mecánica, intentó durante el fin de semana arreglar los desperfectos sufridos al arrastrar al joven, y en un primer momento atribuyó la sangre a restos de un animal. Ayer modificó su versión.

La muerte de José Caro ha ocasionado una gran conmoción social en L'Alfàs del Pi y la Marina Baixa, donde era muy querido. El joven, menor de una familia humilde con tres hermanos, había dejado los estudios, tenía novia y era un amante de la play-station. El Ayuntamiento de L'Alfàs ha anunciado que se personará como acusación particular y correrá con el coste del soporte psicológico a la familia.

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