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El Gobierno de Tíbet en el exilio pide que se celebren los Juegos

El presidente del Parlamento tibetano comparece ante la Eurocámara

"El Gobierno tibetano en el exilio quiere que los Juegos Olímpicos se celebren", manifestó ayer el presidente del Parlamento tibetano en el exilio, Karma Chophel, durante su visita a la Eurocámara. En un debate extraordinario sobre la situación en Tíbet, los eurodiputados pronunciaron duras palabras contra el régimen chino, pero en líneas generales estuvieron de acuerdo con el deseo de Chophel por estimar que así se aprovecha una ocasión de oro para hacer escuchar a Pekín la voz de la comunidad internacional en favor de los derechos humanos.

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Chophel pasó meteóricamente por Bruselas camino de Ginebra (donde hoy interviene ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU) e Italia, el país europeo que parece más encendido con esta crisis. En conferencia de prensa y ante la Comisión de Exteriores de la Eurocámara, Chophel zanjó el debate sobre la actitud a tomar ante los Juegos que comienzan en agosto: "El Gobierno tibetano en el exilio quiere que los Juegos Olímpicos se celebren porque si China se implica en las actividades internacionales deberá también asumir las reglas de juego de la comunidad internacional". Como alternativa, dejó "a la conciencia de los países decidir si quieren participar o no en las ceremonias de apertura o clausura". En esa idea le secundó Hans-Gert Pöttering, líder de la Eurocámara.

El político tibetano habló de "135 muertos confirmados, más de 1.000 heridos y alrededor de 400 detenidos" a la hora de cifrar la represión en Tíbet, donde "el Ejército chino ha salido a las calles como si estuviera luchando contra otro país".

Chophel escuchó extraordinarias palabras de aliento al pueblo tibetano y durísimos epítetos contra el régimen chino durante el debate de los eurodiputados. Pero una vez más la Eurocámara estaba prácticamente vacía. Apenas un puñado de los 785 eurodiputados asistieron al plenario (tres españoles entre ellos), aunque lo suficientemente motivados como para colorear el hemiciclo con banderas de Tíbet o lucir, en el caso de los verdes, una camiseta de Reporteros Sin Fronteras a favor de la libertad de expresión.

Hubo momentos de emoción y de brillante parlamentarismo en las intervenciones, como los protagonizados por el siempre cargado de adrenalina Daniel Cohn-Bendit, que recordó: "Hace 40 años, en los Juegos de México, atletas negros levantaron el puño. Si hoy un negro puede ser presidente de Estados Unidos es gracias a hechos así".

Por otra parte, el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, telefoneó ayer al de China, Hu Jintao, para expresarle su preocupación por los arrestos de Tíbet y animarle a dialogar con el Dalai Lama, informa Reuters.

Tibetanos en el exilio desfilan con un retrato del Dalai Lama en Dharamsala (India).
Tibetanos en el exilio desfilan con un retrato del Dalai Lama en Dharamsala (India).AP

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