Más allá del 'software' empaquetado

La evolución tecnológica de estos 10 años, en especial el auge de Internet, del software libre y de la movilidad han creado un escenario distinto del que existía en 1998. En su evolución de la sobremesa a la red, del ordenador personal al terminal móvil, del software en paquete al software como servicio, Microsoft ha dejado de ser la empresa de y para el ordenador que fue en sus inicios. Sin embargo, para seguir siendo en el futuro el proveedor de software número uno deberá encontrar la estrategia adecuada para enfrentarse a los nuevos rivales nacidos de y para Internet, sin perder la enorme base instalada de su software.

Microsoft está dejando de ser una empresa centrada en el software para ordenador sin perder por ello el primer puesto en el mercado de sistemas operativos y aplicaciones ofimáticas. Ha aumentado sin cesar su cuota en el mercado de aplicaciones corporativas y se ha abierto paso con éxito en el mercado de las aplicaciones móviles. Ahora se prepara para seguir su progresión en un escenario cambiante marcado por el auge del código abierto, la conversión de las aplicaciones en servicios y el cambio de modelo de negocio. También está en la producción de hardware, desde consolas a reproductores multimedia.

En 1998, Microsoft era básicamente un desarrollador de aplicaciones para ordenadores aunque ya había entrado en el mercado de servidores de red. Diez años después, sus servicios en línea son cada vez más importantes y sus actividades se han diversificado en múltiples mercados. En esta progresión ha pasado de los 27.000 empleados de 1998 a los 78.000 actuales y de los más de 15.000 millones de dólares de ingresos en 1997 a los 51.000 millones de 2007. Una buena parte de la facturación corresponde a su sistema operativo Windows y, en segundo lugar, a Office. El éxito de ambos ha facilitado que Microsoft pueda invertir en I + D 7.900 millones de dólares anuales.

Nuevos horizontes

La capacidad financiera de Microsoft le ha permitido adquirir decenas de empresas, desde pequeños desarrolladores de antivirus o de reconocimiento de voz para móviles, pasando por proveedores de soluciones de gestión empresarial, hasta el reciente intento de hacerse con Yahoo! por 30.000 millones de dólares. El resultado es que la compañía de Redmond posee el mayor catálogo de soluciones, muchas de ellas líderes en su categoría.

Desde que en 2002 lanzó su primera versión de Windows para móviles con Orange en el Reino Unido, una parte de su capacidad de desarrollo se ha volcado en el área de la movilidad, percibida por Microsoft como una ocasión para cerrar el círculo de Windows y culminar su visión del usuario conectado desde cualquier lugar, en todo momento y desde cualquier aparato. Windows Mobile, actualmente en su versión 6, figura en los catálogos de 160 operadoras y cuenta con 18.000 aplicaciones comerciales, según Microsoft.

La popularidad de Word, Excel, Outlook o Windows Media Player, y la facilidad de integración de estas aplicaciones móviles con los sistemas Windows de las empresas, le ayuda a disputarse el segundo actor, Blackberry, aunque no sea suficiente para alcanzar a Symbian, el sistema que impulsa Nokia.

El tercer gran frente del software de Microsoft son los servicios por Internet. En 1998, abandonados los erróneos postulados de red cerrada que tuvo en sus inicios, MSN se reforzó con servicios como Hotmail y Messenger, que en 2008 alcanzan cada uno 300 millones de abonados, de ellos 13 millones en España. En 2005 fueron reconvertidos como Windows Live Messenger y Live Hot Mail para que formaran parte de la estrategia de transformación del software en servicio de Microsoft.

Fracaso en las búsquedas

Este balance optimista tiene su contrapunto en el buscador MSN, que cede cuota de mercado a sus rivales. Google, según Hitwise, controla el 66% del mercado, Yahoo! el 20,88% y Microsoft sólo el 7,04%.

Su tradicional política de secretismo del código, la imposición de sus propios estándares por encima de la industria, las amenazas por supuestas infracciones de patente destinadas a impedir el progreso del código abierto y el abuso de posición dominante, han perjudicado su imagen.

A medida que el creador de Windows se ha ido introduciendo en nuevos segmentos del software se ha incrementado el número de desarrolladores de aplicaciones para Windows que han pasado de ser socios a competidores directos. En este proceso, afirman sus críticos, Microsoft ha empleado a fondo la ventaja competitiva que da ser dueño del terreno de juego, creador de las normas y árbitro a la vez, lo que está en el origen de las sucesivas demandas por abuso de posición dominante a las que se ha tenido que enfrentar. Los dos ejemplos más conocidos de esta desigualdad de oportunidades son el navegador Internet Explorer y el reproductor Media Player, que al ser integrados en Windows barrieron del mercado a productos rivales. En 1998 el departamento de Estado norteamericano y 19 Estados denunciaron a la compañía por abuso de posición dominante. En 2001 consiguió dar la vuelta (según sus críticos, con la ayuda de la administración de Bush) a la sentencia emitida por el juez Jackson que dividía la compañía en dos. El largo conflicto con Sun Microsystems, que en 1998 la acusó por crear una versión propia de Java saltándose su licencia de uso, terminó en 2004 cuando Microsoft compensó a Sun con 1.600 millones de dólares.

El litigio con la Comisión Europea por abuso de posición dominante le supuso en 2004 una multa de 497 millones de euros y la prohibición de integrar directamente su reproductor Media Player en Windows. Ante la evidencia de que Microsoft no había rectificado, a finales del pasado mes de febrero la Comisión le imponía una nueva multa de 899 millones de euros.