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Reportaje:

Tony Manero bailaría en Euskadi

Grupos como Ortophonk, Acido C y Mamba Beat animan una escena que recupera los viejos ritmos de baile de la música negra

El viejo estereotipo presenta a Euskadi como territorio en el que las preferencias en música popular se dividen, mayoritariamente, entre el rock y el folk. Pero si se mira más allá de esta engañosa disyuntiva, es posible vislumbrar toda una serie de estilos que cuentan con intérpretes destacados, su propio séquito de fervientes seguidores y una lista de locales especializados en su programación en cada una de las capitales de provincia. Y todo ello a pesar de ser minoritarios. Uno de los fenómenos más llamativos es la pujanza de ritmos pretéritos de baile, fundamentalmente el funk y el acid jazz, cuyos estandartes son el grupo vitoriano Ortophonk, el donostiarra Acido C y el bilbaíno Mamba Beat.

Mambo Beat: "Nuestra fusión busca excitar y divertir"
"Si es música del pasado, déjennos en nuestra cueva" pide Ortophonk

Las tres bandas acaban de editar disco. Y no están solos: este movimiento cuenta con más exponentes en Euskadi y Navarra, como Cherry Boppers, El Quinteto de la Muerte, Wagon Cookin' y THC. También destacan algunos dee jays de referencia, como los donostiarras Javi P3z y Makala, dos de los pinchadiscos más solicitados. Este último editó el pasado año Makala selects boom shaka laka (A new basque blacktronic compilation), un álbum que reúne canciones de artistas vascos y navarros devotos de los ritmos de raíz negra. Massala Films, el segundo disco de Ortophonk, sonará seguramente en alguno de estos locales afines a esta música, entremezclado con ritmos discotequeros con sabor a bandas sonoras televisivas de los setenta y ochenta, el funk onomatopéyico de Primital y el saxo de Maceo Parker. Reminiscencias de este último artista están también presentes en la nueva propuesta del octeto vitoriano. Su baterista, Nando de la Casa, presenta la nueva obra como once canciones que quieren "activar tus caderas sin renunciar a arriesgar en el mestizaje musical". Ya por el año 2000, Orthophonk decidió combinar los instrumentos de una banda funky de los setenta con los recursos de un dee jay contemporáneo.

StereoPropulsion, el segundo trabajo de Acido C, es "un cóctel retro donde cuajan perfectamente ingredientes como el funk, un soul que desborda sensualidad, un ligero guiño al acid jazz y a la música disco de baile", explica Xabier Navarro, batería de la banda. "A nuestro parecer, es un disco redondo donde hemos sabido plasmar lo que queríamos, en pos del buen rollo y el bailoteo generalizados", asegura Navarro.

Mikel Piris, saxofonista de Mamba Beat, apunta que la propuesta con la que debuta su grupo es "una fusión de varios estilos que busca excitar y divertir". Su disco incluye "atmósferas que hablan de baile, de lo urbano y de lo salvaje; y temas potentes y variados, que abarcan desde acid jazz, funk, house, disco y electrónica, hasta ritmos latinos y aires africanos", resume Piris.

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Nunca falta alguien que les acuse de tocar un estilo de anclado en el pasado. Acido C defiende la vigencia de su repertorio y su modernidad. "Componemos basándonos en música de décadas pasadas, pero eso no tiene por qué ser señal de mero revivalismo. Abordamos esta música desde una perspectiva más actual, la queremos volver a hacer brillar, dándole una vuelta de tuerca y valiéndonos de instrumentos más contemporáneos", expone Navarro.

En parecidos términos se expresa el portavoz de Mamba Beat: "Es verdad que hemos buscado algunos toques retro que suenan a años ochenta y noventa, pero la fusión que provocamos es muy de hoy en día". Palabras que apuntan en el mismo sentido que las del percusionista de Ortophonk. "Si es música del pasado, que nos dejen en nuestra cueva, con el fueguito cerca, para poder hacer nuestras pócimas sónicas y trasladarnos al futuro", bromea De la Casa.

Una audiencia fiel

Entre los locales en los que no falta música añeja para sacudir el esqueleto figuran Etxekalte y Be Bop Bar, en San Sebastián; Cairo Stereo Club, en Vitoria; y Kaos, Fever Black y Bullit Groove Club, en Bilbao. Mikel Foncea, alias Parrucho, encargado de scratches y samplers en Ortophonk, señala que "cada vez hay más músicos con talento y menos sitios donde tocar en directo". En sus conciertos todo el mundo es bienvenido, aunque no vista con pantalones campana o camisas de cuellos enormes. Tampoco es obligatorio el peinado afro, ni saber bailar a lo Tony Manero, protagonista de Fiebre del sábado noche.Cuando se les pregunta por sus influencias musicales, mencionan nombres como Earth Wind & Fire, Chic o Curtis Mayfield, Incognito, Brand New Heavies, Saint Germain, Massive attack y James Taylor Quartet. Ninguna de las bandas cita a un artista vasco, pero casi todos coinciden en que Euskadi sí dispone de una escena, una conexión entre las bandas de funk, groove, acid jazz y otras suertes de música negra. Todo ello con sus locales señeros y una audiencia más que fiel.

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