Una mujer aparece asesinada en el parque de Pradolongo

Tenía entre 35 y 40 años y, por sus rasgos, la policía cree que era de origen latinoamericano. Poco más sabe de la mujer que apareció ayer muerta, con signos evidentes de violencia, en el parque de Pradolongo, en Usera. Los servicios de Emergencias la encontraron, minutos antes de las ocho de la mañana, con un "traumatismo facial severo" que podría deberse a un disparo o a los golpes de un objeto contundente. Tenía la cara desfigurada y estaba semidesnuda, con los pantalones, los leotardos y las bragas bajados y la camiseta subida, de forma que el vientre le quedaba al descubierto.

Un hombre que paseaba hacia las 7.30 se topó con el cuerpo y avisó a José María, el encargado de jardinería del parque, que en ese momento hacía la ronda matutina en busca de incidencias tras varios días sin servicio por la Semana Santa.

La mujer estaba tendida boca arriba junto a un árbol en una zona elevada llamada la Pirámide, aunque los vecinos que frecuentan el parque la conocen como el Mirador, por estar varios metros sobre el nivel del resto del parque. Desde abajo, es imposible ver lo que sucede en el promontorio, situado entre el lago y las canchas de baloncesto, en la parte más próxima al barrio de Almendrales.

A última hora de la tarde de ayer la mujer aún no había sido identificada ni se le había practicado la autopsia. Para identificarla, informaron fuentes policiales, será necesario hacerle una necrorreseña, es decir, tomar las huellas dactilares al cadáver. También será la autopsia la que determine la causa de la muerte.

Mariló, que trabaja como jardinera en el parque hace siete años, no quiso subir al Mirador cuando su encargado le contó que había aparecido un cadáver. "Yo fui la que encontré el cuchillo con el que mataron aquí a otra chica", explicaba ayer. Ya tuvo bastante con aquello. "Pronto hará cuatro años", recordaba. Una joven de 17 años fue degollada en el parque de Pradolongo en mayo de 2004. Sucedió en la otra punta, pero también en una zona elevada. El parque no es ajeno a los hechos violentos. Un colombiano de 39 años fue asesinado de un tiro en 2002. En agosto del año pasado, otro hombre de 27 años recibió cinco disparos.

Varios vecinos calificaron ayer el parque como "peligroso" y aseguraron que lo evitan en cuanto anochece, porque se juntan grupos de latinoamericanos "que beben y se pelean entre ellos", según Matías, un jubilado que pasea por la zona todas las mañanas.