13 récords en 3 meses
Las mejoras técnicas y materiales prometen este año las 33 marcas de 2000
El año olímpico ha empezado fuerte en la piscina. En lo que va de 2008, con los Juegos Olímpicos de Pekín entre ceja y ceja, los nadadores han batido 13 récords mundiales, seis de ellos en los Europeos y al menos ocho, incluidos los más espectaculares, los de los 50 y 100 metros libre del francés Alain Bernard, con el nuevo y polémico bañador de Speedo. Tantos que la federación internacional (FINA), que aprobó la prenda en 2007, se reunirá con el fabricante el mes que viene preocupada por dos aspectos: que dé ventajas artificiales a los nadadores que lo llevan -todos por contrato- y que, al costar más de 400 euros, no esté al alcance de todos los competidores, según dijo ayer un portavoz a la agencia Reuters.
El primer récord mundial del año fue el de los 50m libre. Lo batió el australiano Eamon Sullivan el 17 de febrero y le duró apenas un mes. Se lo arrebató Bernard el viernes. El otro récord masculino es el de los 100m libre, la prueba reina: nada menos que dos veces en dos días por el gigantesco Bernard. En el mismo tiempo las mujeres han batido otras nueve marcas (50m espalda, tres veces y por tres nadadoras distintas; 100m espalda y 100m libre, 200m espalda, 400m estilos y 400m libre y el relevo de 4x100 libre).
En el caso de los hombres, son marcas de velocidad que han tardado ocho años en batirse. Hay varias explicaciones técnicas, bañador aparte. La primera, una mejora en la salida, en el tiempo que tarda el nadador en tocar el agua. Bernard ha mejorado hasta cinco centésimas en este aspecto desde junio. Salir bien da una ventaja adicional: "Ir el primero te evita nadar contra las olas de los demás", explica Raúl Arellano, profesor de la Universidad de Granada. Además, los entrenamientos se han profesionalizado y combinan de forma más eficaz la piscina con "un trabajo de fuerza específico", evidente otra vez en la musculatura del francés, que contrasta con los más estilizados Van den Hoongenband, holandés, y Popov, ruso, a los que arrebató las plusmarcas mundiales.
En el caso de las chicas, las cinco marcas de espalda -incluida la más antigua, los 200m, de 1991- se explican por la ausencia de especialistas y porque "no es una prueba que haya evolucionado mucho".
La avalancha de récords promete repetir la cosecha de 2000, la mayor desde 1992, cuando se rompieron 33 mundiales, 15 de ellos con ocasión de los Juegos de Sidney. La duda es si los nadadores aguantarán el ritmo hasta agosto y llenarán con nuevos registros supremos el Cubo de Agua de Pekín.
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