La tarde de Bojan

A tono con una tarde infantil, más que nada porque el partido se jugaba en horario de recreo, a las cinco en punto, como en los viejos tiempos, un crío de 17 años se convirtió en el héroe del Camp Nou. Bojan completó una actuación tan fantástica que Rijkaard le retiró a tiempo para que la hinchada le ovacionara por solucionar un partido preñado de mal humor y, sin embargo, despreciado por los cracks, que hicieron mutis por el foro. Los cuatro goles del Barcelona llevaron el sello del delantero catalán, que funcionó igual de bien como extremo que de ariete, siempre concreto frente al confusionismo de los fantásticos. La sonrisa y frescura de Bojan se impusieron de principio a fin y rebajaron la tensión ambiental después de los fiascos de Almería y Valencia

La ingenuidad de Bojan fue el mejor remedio para combatir un encuentro cargado de dinamita por la mala leche acumulada por la afición. Bojan fue una bendición y una excepción, porque el equipo continúa descosido, vulnerable, expuesto a la intemperie, y a día de hoy aprieta el frío pese a la llegada de la primavera y de que el Madrid parece también ajado. Los barcelonistas tardaron una hora en resolver una contienda que en sus buenos tiempos le habría durado un minuto. La de ayer fue más que nada la tarde de Bojan, que se reivindicó ante al absentismo de Ronnie, la baja forma de Eto?o, el envejecimiento de Henry y la ausencia de Messi.

Desfigurado como se ha quedado por la dimisión de los fantásticos, el Barça se encomienda ahora a la cantera, como es costumbre en épocas de carestía. El club siempre cuidó el fútbol base y tuvo un estilo inequívoco, marcado por sus medios, futbolistas livianos que se asocian estupendamente con los mejores delanteros, siempre con la pelota por bandera. Así son y actúan Xavi e Iniesta, excelentes en la elaboración, seguros en el pase, asistentes de extremos y arietes. Los dos volantes, decisivos en el manejo del choque, se apoyaron ayer en Bojan, un delantero certero en el área y de buenos movimientos en las bandas, buen conocedor de los mecanismos de juego barcelonistas porque nació en el Miniestadi.

Bojan no paró hasta que puso el partido de parte del Barça y se reenganchó después cuando el Valladolid amenazó con ganar. El delantero no acertó al principio como rematador en dos situaciones francas y triunfó como extremo en un centro que embocó Eto?o. Aunque faltos de velocidad, los azulgrana alcanzaban con facilidad el campo ajeno y las ocasiones goteaban con tanta frecuencia que el gol se cantaba desde el arranque. El tanto, sin embargo, anestesió a los barcelonistas, desbordados en cuanto al árbitro acreditó su condición de mayor pita penaltis de la Liga en un cuerpo a cuerpo entre Thuram y Llorente que no merecía sanción. El encuentro viró entonces a favor del Valladolid.

Desquiciados por el empate, los barcelonistas se diseminaron en la cancha y cedieron campo y oportunidades suficientes al plantel de Mendilibar para que remontara el marcador. A la permeabilidad de los centrocampistas se unió el tembleque de los zagueros. Los laterales perdieron la posición y los centrales y el portero se comieron todos los centros laterales. La montonera defensiva del Barça era tan sobrecogedora como virtuosa resultaba la sutileza de Sesma, un futbolista exquisito en los momentos en que el partido se disputaba en el área de Valdés. La llegada del descanso fue la mejor de las noticias para el Barça. Reanudado el choque, los muchachos de Rijkaard se encontraron con el gol y edificaron un triunfo vital a partir de Bojan. El delantero peinó la pelota en el segundo tanto y marcó el tercero y el cuarto antes de retirarse a la ducha. El 3-1, precedido de un fuera de juego de Puyol, fue muy celebrado por difícil, mientras que el último resultó muy fácil por la asistencia de Eto?o, que ya ha batido a todos los equipos del campeonato.

Las ocasiones, al fin y al cabo, se sucedieron ininterrumpidamente en ambas porterías, más que nada por la fragilidad de las dos defensas. Aturdido, el Barça apenas dio sensación de equipo y se encomendó a Bojan, un jugador refrescante y que reúne cuantas virtudes se extrañan en los demás delanteros, sobre todo, la alegría de jugar a fútbol.

Bojan, el menos popular del Barça ante el Valladolid