La policía sospecha que el crimen de La Moraleja fue político
El octogenario asesinado era un próspero empresario iraní que huyó de su país tras la revolución islámica
Mujer de 1,70 metros de estatura, delgada y de tez morena. Ése es el retrato que ha hecho la policía de la persona que mató de tres cuchilladas a Manouchehr Farhangi Farhangi, un exiliado iraní de 82 años nacionalizado español, en su chalé de lujo de La Moraleja, en Alcobendas (105.900 habitantes). La víctima, que huyó de su país tras la implantación del régimen islámico en Irán en 1979, fundó un año después el International College Spain (ICS). Se trata de un colegio de élite situado a escasos metros de la vivienda de su fundador. Fuentes policiales mantienen que tras el crimen puede haber un móvil político, pero no descartan otras hipótesis.
Los investigadores buscan el taxi en el que la agresora salió de la urbanización
Los hechos ocurrieron a las 12.15 del miércoles en el número 12 de la calle de la Cuesta de la Sierra, en La Moraleja. Sobre esa hora, una mujer llamó a la puerta del chalé. Farhangi abrió y, sin mediar palabra, la agresora le asestó tres puñaladas en el abdomen. El hombre cayó malherido y la agresora huyó a pie. Antes de morir, mientras le operaban en el hospital La Paz horas después, la víctima aseguró que le había acuchillado una mujer.
La policía reconstruye ahora el camino que llevó la agresora en su huida. También dispone del abrigo oscuro que tiró la mujer y que recuperaron los agentes locales. La agresora anduvo al menos unos 20 minutos para salvar los dos kilómetros que separan el chalé del centro de ocio Diversia, donde tomó un taxi. Allí fue vista por una testigo que la vio subirse al vehículo. Los agentes del Grupo X de Homicidios intentan localizar al conductor para saber dónde dejó a la pasajera.
Las declaraciones de la testigo y algunas grabaciones ya visionadas por la policía han permitido sacar una primera imagen de la agresora. Se trata de una mujer de entre 28 y 30 años, delgada y con la tez muy morena.
El homicidio se produjo un día después de que el fallecido (una de las personas más prósperas de la reducida colonia iraní en Madrid, formada por 915 personas) mantuviera una discusión con una mujer en el centro de Alcobendas. Ella estaba pegando carteles a favor del actual régimen islámico de Irán, y Farhangi le recriminó por ello. Los investigadores esperan que un hijo del fallecido pueda reconocerla, ya que iba con su padre en el momento de la disputa.
Este hecho no es el único que baraja la policía, que también ve difícil que por una simple pelea una mujer pueda apuñalar hasta la muerte a un hombre. Además, también debía saber de quién se trataba y dónde vivía.
Uno de los hijos de Farhangi, que no quiso hablar a la prensa, acudió ayer por la mañana al Instituto Anatómico Forense, en la Ciudad Universitaria. Allí reclamó el cadáver. Sin embargo, estaba pendiente de la autopsia, que no se completará hasta el sábado, según fuentes judiciales. El forense quiere someter el cuerpo a una prueba de rayos X.
Farhangi nació el 5 de enero de 1926 en el seno de una familia zoroástrica (seguidora de una antigua religión fundada por Zaratustra o Zoroastro y en la que el fuego simboliza la divinidad) en la ciudad de Kerman, según publicó el periódico Persian Mirror. Estudió en esta ciudad antes de trasladarse a Teherán, donde continuó su formación. Años más tarde fundó junto con su hermano una empresa dedicada a la importación llamada Farhangi. Después amplió el negocio también con la exportación. Se casó a los 33 años y tuvo dos hijos: Ramin y Rames. A comienzos de los años setenta puso en marcha un enorme complejo turístico orientado a las familias, Dehkadeh Saheli.
El empresario abrió con sus hermanos una empresa farmacéutica, que se convirtió en una de las más importantes de Irán. Tras la revolución de los ayatolás, Farhangi fue llevado a los tribunales islámicos por acoso y abuso verbal. En un viaje a Londres, sus empleados le comunicaron que los revolucionarios le habían saqueado sus pertenencias y habían quemado su casa, incluida su biblioteca, de valor incalculable, siempre según Persian Mirror.
En poco tiempo, le fueron confiscadas sus empresas con el argumento de impago de impuestos. Mientras veía cómo perdía sus pertenencias, contactó en Teherán con padres de alumnos del Iranzamin Teheran International School y decidieron abrir un colegio en un país europeo neutral. Apostaron por Estepona (Málaga), donde firmaron un contrato con el instituto local Don José. Farhangi alquiló parte del mismo para sus estudiantes y fundó el International College of Spain (ICS). Luego se trasladó a Madrid, donde abrió el ICS de La Moraleja. En la actualidad, el centro tiene más de 600 alumnos de 48 nacionalidades. Está acreditado por prestigiosas instituciones educativas. Al mismo acuden gran número de hijos de representantes del cuerpo diplomático. "He tenido mucha suerte en la vida, donde todo lo que he tocado se ha convertido en algo fructífero con la ayuda de buenos amigos", solía decir Farhangi, según el periódico persa.
El fallecido tiene diversas empresas a su nombre. Es el propietario de la firma Dehkadeh en Vizcaya, dedicada a la promoción inmobiliaria. También es el propietario de Agropars, en Paracuellos del Jarama, con actividad agrícola, ganadera, forestal y pesquera. Además, está a su nombre un elegante gimnasio de Alcobendas, Zagros Sports.
El chalé de Farhangi permanecía ayer vacío. Los vecinos de la zona, que dijeron no conocerle, mostraron su sorpresa por la agresión ocurrida a pocos metros de sus domicilios. Con el crimen de Farhangi, son 18 las personas que han perdido la vida de forma violenta en la región en lo que va de año.
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