Un tribunal deja en libertad provisional a Jérôme Kerviel

Jérôme Kerviel, el operador de 31 años de Société Générale (SG) cuyas apuestas en los mercados bursátiles acabaron causando pérdidas por valor de 4.900 millones de euros a este banco, salió ayer de la cárcel, en libertad provisional, cinco semanas después de que la justicia francesa ordenara su ingreso en la prisión parisina de La Santé. Kerviel está acusado de falsificación, intrusión informática y abuso de confianza.

La fiscalía, que forzó su entrada en prisión el pasado 8 de febrero, se oponía también ahora a su salida en libertad, pero el Tribunal de Apelación aceptó ayer la petición de la defensa. El tribunal basa su decisión en el contenido del informe de una inspección de Société Générale que señala que no hay pruebas ni de malversación, en el sentido de que Kerviel no se sacó provecho personal de sus operaciones irregulares, ni tampoco indicios de complicidad interna o externa.

Kerviel, sin embargo, sigue bajo un estricto control judicial; deberá presentarse cada semana en una comisaría de policía, le han retirado el carné de identidad y el pasaporte, y no podrá salir de la región de París sin una autorización escrita del juez.

A la puerta del recinto carcelario le esperaba un nutrido grupo de periodistas y cámaras. Impecable, vestido de oscuro con una camisa a rayas rosas, Kerviel salió sonriente acompañado por su abogada Elisabeth Meyer. La policía impidió a los medios de comunicación que le hicieran preguntas, así que ambos subieron en un coche y desaparecieron.

Mientras siga la instrucción del caso, el juez ha establecido que Kerviel no puede tener contactos con determinadas personas relacionadas con la investigación, ni tampoco trabajar como operador ni en ningún otro empleo relacionado con los mercados financieros. Su portavoz, Christophe Reille, explicó que por el momento el joven operador piensa descansar durante unos días y después preparará su defensa con sus abogados. La tesis de la defensa es que los superiores de Kerviel estaban al corriente de sus actividades pero hacían la vista gorda.

SG, que se vio obligado a proceder a una ampliación de capital para tapar las deudas del supuesto fraude y de las hipotecas basura, todavía corre el peligro de ser objeto de una OPA. Aunque la entidad defendió primero la actuación de su presidente Daniel Bouton, ahora parece haber empezado el proceso de cambio en su cúpula con el nombramiento, el lunes, de Frédéric Oudea como vicepresidente.