El Tíbet y los derechos humanos
El Tíbet sufre una falta total de libertad desde 1954 y resiste a duras penas, a pesar de tantos años de ocupación. La identidad y la práctica religiosa del pueblo tibetano continúan intrínsecamente unidas. Es clamoroso el silencio del mundo civilizado ante el genocidio físico y cultural que sufre un pueblo pacífico e indefenso que sólo busca la libertad cultural y religiosa.
En estos momentos, China está en el punto de mira mundial por la celebración de los Juegos Olímpicos y el pueblo tibetano quiere llamar la atención, y, desgraciadamente, la respuesta ha sido violenta una vez más. ¿Qué espera Occidente para pedir a China un cambio de actitud? ¿Mirará hacia otro lado como siempre? ¿Es que sólo interesa el Made in China? Pidamos a nuestros políticos que hagan un llamamiento a las autoridades chinas para el cese de las hostilidades hacia un pueblo indefenso. Para terminar haré mención a una cita de Gandhi: "Lo más atroz de las cosas malas es el silencio de la gente buena".