Reino Unido, sin armas para combatir la crisis
El sector financiero puede convertirse en el talón de Aquiles del Reino Unido. Un agravamiento de la crisis crediticia podría acabar dañando a uno de los grandes motores del milagro económico de los últimos 20 años y perjudicando a la economía en general.
El Gobierno de Gordon Brown se ha quedado sin armas para combatir la desaceleración económica y se ha encomendado a los mercados para que la tormenta amaine. Alistair Darling, sucesor de Brown al frente del Tesoro, no tiene margen de actuación. Las reformas estructurales ya están hechas y las cuentas públicas no están precisamente saneadas. Para este año se prevé un déficit equivalente al 3% del PIB, máximo permitido por el Tratado de Maastricht.
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