Eclipse parcial en Sol Meliá
La revisión del riesgo de su deuda por Moody's desluce sus resultados y estrategia hasta 2010
Deuda y desaceleración eclipsan parcialmente el brillo de Sol Meliá en los mercados, que ya no era mucho en los últimos meses (su acción cayó un 30,58% en 2007 y un 4,5% en los dos primeros meses de este año), pese a haber aumentado en casi un 19% su beneficio neto anual y pese a la reciente presentación de un Plan Estratégico 2008-2010 que incluye 1.100 millones de inversión y el objetivo de incrementar su resultado operativo en el trienio a una tasa de crecimiento compuesto anual del 11% y sus ingresos a una tasa del 10%.
No le ha servido de mucho a la compañía calificar de históricos sus resultados de 2007 (véase información gráfica adjunta). Presumir de la aplicación y los frutos de su Plan Estratégico 2004-2007: durante su vigencia "se lanzaron unidades de negocio como el Sol Meliá Vacation Club, y se observó una rigurosa disciplina financiera que le ha permitido una importante reducción de la deuda y afrontar con una mayor fortaleza la etapa que comienza". O hacer expresa gala de prudencia al adelantar sus previsiones para 2008 y desvelar las claves organizativas, de modelo de negocio ("vamos a ser más hoteleros que nunca", aseguran sus máximos responsables, "pero el desarrollo de terrenos o las fórmulas de propiedad mixta refuerzan el negocio hotelero y evitan la pérdida de sinergias y oportunidades") e inversoras (crecimiento del negocio hotelero, club vacacional y expansión internacional) de su estrategia hasta 2010.
Prevé invertir 1.100 millones para incrementar su resultado operativo y sus ingresos en el trienio a tasas anuales compuestas del 11% y del 10%
El cristal con que se mira
Pese a tanta explicación y alarde de prudencia, el vaso medio vacío prima estos días sobre el vaso medio lleno en la percepción y en los informes de analistas y bancos de inversión.
Y eso que no hace demasiado tiempo algunos (Deutsche Bank, Ibersecurities, Dresdner, Fortis, Banesto y Caja Madrid, entre otros) aconsejaban invertir en la hotelera, varios de estos informes aseguran que Sol Meliá está capeando bien el temporal, que no deja de crecer en sus resultados y en su perímetro corporativo, que tiene buenas perspectivas de negocio, y que su acción además está barata en Bolsa.
Por estas razones u otras, en cualquier caso por cuenta de terceros, BBVA se ha hecho en los últimos días con el 3,116% del capital de la cadena y el presidente y accionista de control de la misma ha elevado al 62,69% su participación. Desde octubre, Gabriel Escarrer ha invertido casi 32 millones en la toma de participaciones adicionales en la sociedad.
Compras que, a la postre, son apenas un contrapunto a la dramática caída de su cotización en los primeros días de marzo. En una sola jornada, el día 4, Sol Meliá perdió un 10% de su valor después de que Moody's anunciase que ponía en revisión la calificación de su deuda. La agencia, tras conocer su nuevo plan estratégico, se plantea recortar el nivel actual de riesgo de la cadena mallorquina de Baa3 (que implica cierta incertidumbre pero aún en nivel de inversión) hasta B (una valoración de riesgo elevado y alta rentabilidad conocida coloquialmente como de bonos basura). Todo un jarro de agua fría para sus gestores y primeros accionistas, la familia Escarre, que se las habían prometido felices en sus cálculos y se aventuraron en su día a renunciar, con el objetivo de ahorrar costes, al contrato que mantenían con la también calificadora de riesgos Standard & Poor's para que les asignara su rating de crédito.
Moody's, en su anuncio de revisión, ha señalado que según sus estimaciones Sol Meliá acumula un monto de deuda bruta cuatro veces superior al importe de su resultado operativo bruto (ebitda) del último ejercicio y que su plan estratégico "incluye inversiones más expansivas de lo anticipado, lo que podría evitar que la empresa refuerce sus métricas de crédito al ritmo anteriormente logrado con el rating Baa3".
La agencia reconoce, no obstante, que la evolución en su negocio hotelero se ha mantenido relativamente bien a lo largo de 2007 y que la empresa siguió mejorando el ingreso por habitación disponible. No obstante, agrega, el resultado operativo bruto del grupo se ha visto afectado por una desfavorable evolución de los tipos de cambio y por una menor rotación de los activos de la esperada.
Agresivos y factibles
No es el único varapalo recibido. Merrill Lynch, casi al mismo tiempo, rebajó su recomendación sobre Sol Meliá hasta neutral desde comprar, con el argumento de que sus planes de inversión están muy expuestos al ciclo económico. "Consideramos que los agresivos planes de inversión de Sol Meliá exponen al grupo a riesgos significativos", señalan los analistas del banco estadounidense.
El vaso medio lleno corre a cargo, entre otros analistas, de los expertos de Ahorro Corporación. "Sol Meliá", dicen, "centra sus esfuerzos en el cliente, la marca y la mejora del producto, elementos que facilitan la mejora en los ingresos previstos por la compañía. Se trata de un plan ambicioso pero factible, pues las hipótesis de partida son conservadoras (ralentización de la actividad inmobiliaria, prudencia en 2008, tipo de cambio euro/dólar alto), y la compañía suele gestionar muy bien las mejoras en el Revpar [ingreso por habitación disponible] de sus hoteles".
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