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Crónica:28ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

El Deportivo desquicia al Madrid

Un autogol de Pepe prolonga el calvario del conjunto blanco en Riazor

En el minuto 11, Guti ya había retrasado dos veces la pelota a Casillas y repartido un par de broncas a sus compañeros por no acudir con puntualidad a la cita con el pase. La escena resume un partido en el que el Madrid se dejó enredar en la trampa que le tendió Miguel Ángel Lotina. A Guti se le permitía sobar la pelota lejos del área, hasta que no le quedaba más remedio que rifarla en una maraña de piernas, y el Deportivo, con el blindaje de tres centrales, salía a la contra con Lafita y Wilhelmsson en estado de inspiración. Era cuestión de esperar porque se sabía que el Madrid se apoca en Riazor: 16 temporadas sin vencer.

Al inicio del partido, Casillas se tomó más tiempo del necesario en ocupar la portería, como si estuviese dándole vuelta a las circunstancias inexplicables que motivan que un gran equipo se achique por tradición.

DEPORTIVO 1 - REAL MADRID 0

Deportivo: Aouate; Manuel Pablo, Lopo, Pablo Amo, Coloccini, Filipe Luis; Wilhelmsson, Sergio (Antonio Tomás, m. 87), De Guzmán, Lafita (Guardado, m. 80); y Xisco (Riki, m. 66). No utilizados: Munúa; Laure, Valerón y Taboroa.

Real Madrid: Casillas; Torres, Pepe, Cannavaro, Heinze (Baptista, m. 78); Diarra, Guti, Sneijder, Drenthe (Robinho, m. 68); Soldado y Raúl (Higuaín, m.68). No utilizados: Dudek; Marcelo, Michel Salgado y Gago.

Gol: 1-0. M. 57. Pepe marca en propia puerta, al desviar un centro de la izquierda de Filipe Luis.

Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a De Guzmán, Coloccini, Torres y Aouate.

Unos 34.000 espectadores en Riazor.

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Nada de autocrítica

Bernd Schuster interpretó el partido en clave de ausencias. Con Van Nisteleroy lesionado y Robinho exigido antes de tiempo, entregó a Soldado, con el que sólo había contado 58 minutos en la temporada, la punta del ataque y a Drenthe la banda izquierda. Torres suplió a Sergio Ramos y la recuperación de Cannavaro desplazó a Heinze al lateral zurdo. La línea de creación la sorteó entre el músculo de Diarra, la voluntad de Sneijder y el criterio de Guti. Pero éste se debatía entre pensar por todos o atender la banda derecha. Lotina no mareó el método. Confió en el once que ganó al Espanyol y el Sevilla y empató en Valencia.

Hay estadios que pesan demasiado. El Madrid fue recibido con una pancarta de los Riazor Blues: "Desde 1991 sólo existe un estilo en Riazor". Anoche no estaba Djalminha, pero Lafita y Willy tiraron tres caños que evocaron otros tiempos.

El Madrid ha convertido la Liga en una montaña rusa emocional. Es incapaz de cerrarla. Con el consuelo de un colchón de ocho puntos sobre el Barça, se limitó a esperar a que terminase el partido como había empezado. En el primer tiempo no tiró entre los palos. Abusó de la banda izquierda, pero por ahí caía Drenthe, al que le quedan muchos peldaños para llegar a la altura de Robinho. El Depor se sintió muy cómodo ante esta situación. De Guzmán y Sergio acababan la presión sobre Guti que comenzaba Lafita y, cuando la pelota salía de sus botas, Lopo, Amo o Coloccini la pescaban antes de que llegasen Raúl y Soldado.

Cuando el partido se marchó al descanso, dio la impresión de que tanto el Depor como el Madid firmarían el empate. Pero en el minuto 54 apareció Filipe, se deshizo de Torres, tiró a portería y Diarra desvió la trayectoria. Riazor rugió como hace 16 años, cuando se emancipó sentimentalmente del Madrid.

Con el marcador en contra, Schuster reaccionó. Prescindió de Soldado -la vieja aspiración de Augusto César Lendoiro desempeñó un papel menor- y de Drenthe para jugársela con la inspiración de Robinho y la movilidad de Higuaín. Terminó de completar el viraje incluyendo a Baptista por Drenthe. Este cambio provocó que Diarra se mudase al lateral izquierdo, pero el Madrid continuó estrellándose frontalmente contra la defensa.

El Depor continuó a lo suyo, esperando que una contra le permitiese sentenciar el partido. Pudo llegar el segundo gol si Willy hubiese conectado con Manuel Pablo o si Guardado, que continuó las carreras de Lafita, atina en dos latigazos contra la portería de Casillas.

Guti buscó a Robinho en los minutos finales, pero para ganar en Riazor hace falta algo más. Fue una fiesta. Otra más contra el Madrid. Hasta por megafonía se felicitó a De Guzmán por no haber marcado.

Un autogol del brasileño Pepe prolonga el calvario del conjunto de Schuster en RiazorVídeo: ELPAIS.com

Schuster: "Vamos así y asá"

Hace 16 temporadas que Riazor le es esquivo al Madrid, que sólo ha sacado cinco empates. Sin embargo, Bernd Schuster se mostró tranquilo: "No estoy preocupado. Cada semana vamos así y asá. A ver si terminamos así la temporada". Después aclaró el que Diarra jugase gran parte del segundo tiempo de lateral izquierdo: "Fue por las circunstancias de ir perdiendo y tener que buscar alternativas para empatar".Schuster, que acostumbra a soltar declaraciones explosivas, resolvió la rueda de prensa en menos de cinco minutos y con el mismo tono de desgana que atenazó a su equipo en el campo. Eso sí, reconoció "la dificultad para encontrar ocasiones en una defensa de cinco, con otros cuatro jugadores por delante", a pesar de haber estudiado al rival "en varios vídeos".La lesión de Van Nistelrooy ha dejado al Madrid sin gol. Schuster apostó por Soldado, al que sólo le había concedido 58 minutos en la Liga: "Es un jugador más. Creí conveniente que jugara y ha hecho un buen trabajo". "Lo más lógico habría sido un empate", concluyó.Raúl, el único futbolista de la actual plantilla del Madrid que ha marcado en Riazor, confesó que fue "un mal partido". Para el capitán blanco, "hay que olvidarse cuanto antes de lo sucedido".

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