Alto Palancia: jornadas gastronómicas

Se han celebrado durante el pasado mes de febrero las undécimas jornadas gastronómicas del Alto Palancia, que según proclama en su declaración de intenciones el diputado delegado de Turismo de Castellón, pretenden deleitar con su buen hacer tanto a los que pretenden disfrutar con la rica tradición culinaria de la comarca como a aquellos que prefieren saborear las innovaciones que aportan a la cocina del Alto Palancia un toque de distinción (sic).

Durante los sábados y los domingos de dicho mes, una treintena de restaurantes de la zona se encaran con la posibilidad de cambiar sus hábitos culinarios, y ofrecer a los comensales no sus clásicos menús, sino una muestra de su creatividad, lo cual es de alabar.

El problema surge cuando entre las innovaciones, lejos de modernizar la cocina tradicional con retoques técnicos o conceptuales pero siguiendo las pautas que debería imponer el producto, el clima y los otros factores que han generado una cocina como la que se practica y come en la tierras del interior, se intenta sofisticar con productos que ni de lejos tienen que ver con esos criterios.

Así, y sin ánimo exhaustivo, se muestran preparaciones como el magret de pato, la zarzuela de pescados, los "raviolis de manzana rellenos de foie, gamba a la plancha y salsa de champagne" o la "ensalada de ahumados con balsámico de frambuesas" que están bien lejos de potenciar los productos de la tierra -factor que parecía ineludible para que el éxito de las jornadas se viera consolidado en el tiempo- por más que algunos de ellos, como el aceite, los embutidos o la carnes de ovino, podrían inscribirse como los más cualificados de entre los de su especie.