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Apuntes

Los codos de los campeones

Las universidades potencian los 'alumnos-atletas' ante la cita de Pekín 2008

Estamos acostumbrados a ver cómo en Estados Unidos ciertas universidades basan su prestigio -o su fama, vaya- en el fichaje como estudiantes de atletas en desarrollo (preferentemente, jugadores de equipo). Con ello, los pertinentes centros académicos arrasan en las ligas deportivas y cosechan un boca-oreja de gloria y de nombre.

"No es fácil compaginar ambas cosas, pero del yudo no se puede vivir"

En las universidades privadas de nuestro entorno, tampoco resulta tan extraño el fichaje para equipos de los atletas estudiantiles que consideran más apropiados, esperando alcanzar con ello un nombre. Pero, ¿qué hacen las públicas? ¿Participan también del deporte promocional? ¿Lo ignoran, para no perder el aroma intelectual que les da la actividad investigadora?

"Lo potenciamos, desde luego", explica Antonio Iradi, director del Servei d'Educació Física i Esports de la Universitat de València, "y en los últimos diez años ha hecho falta recorrer un buen camino para que el profesorado universitario acepte que el alumno no tiene por qué optar entre deporte y estudios superiores". "Puede hacerlo todo", añade, "aunque el centro deba acoplarse a las circunstancias especiales (viajes, entrenamientos) de estos estudiantes".

Sobre todo si, como sucede ahora mismo, frente a la cercanía de las Olimpiadas de Pekín, no faltan alumnos-atletas que aspiran a participar en ellas.

"El resultado de esta conjunción es tan beneficioso para los alumnos como para el espacio académico", insiste, a su vez, Amparo Dols, coordinadora del programa de ayuda a deportistas de la misma universidad, antigua medallista de bronce en taekwondo en los juegos olímpicos de Seúl 88. "Entendemos que el deporte sirve para mejorar a la persona", opina Dols, "y por eso es justo que se regule en el ámbito universitario". "Además", insiste Iradi, "para los centros es positivo estar en las diferentes competiciones deportivas, con ello se promueven en un ámbito más amplio".

De hecho, incluso por ley, las universidades deben impulsar la posibilidad de que los llamados atletas de alto nivel -es decir, los que forman parte de las selecciones nacionales, los que pertenecen al plan ADO de ayuda al deporte olímpico, los que quedan en alto puesto en los diferentes campeonatos, los que, en fin, son considerados como tales por el Centro Superior de Deportes (CSD)- puedan llevar adelante sus estudios. El artículo 11 del Real Decreto 1467/1997 de 19 de septiembre así lo indica. Además, el decreto 13/2006 de 20 de enero del Consell de la Generalitat determina medidas de apoyo que se aplicarán a deportistas de élite valencianos. Con lo que, en suma, los deportistas de alto rendimiento tienen garantizados beneficios en sus estudios universitarios.

Hay un cupo de plazas específicas para deportistas de alto rendimiento que les facilita la admisión en estudios que exigen nota de corte alta. Aparte, becas de matrícula gratuita y becas económicas, becas de seguimiento médico, psicológico, de fisioterapia aplicada y de masaje deportivo; también disponen de acceso a uso de material deportivo, a jugosos créditos de libre elección, y a una serie de tutores (académicos y deportivos) que coordinarán su actividad con el profesorado pertinente a la hora de cambiar prácticas o pruebas de examen cuando éstas coinciden con concentraciones, campeonatos y similares.

Para participar de todos estos beneficios, o bien se puede estar considerado oficialmente deportista de alto nivel -cuyos nombres aparecen recogidos en el BOE-, o deportista de élite de la Comunidad Valenciana -los nombres aparecen en el DOGV-, o también deportista universitario de elevado nivel. Conocidos jugadores de pelota valenciana, como Genovés II (que estudia Educación Física), o Álvaro (estudiante de Administración y Dirección de Empresas), participan, según Antonio Iradi, del programa. Hay muchos otros en la Universitat de València, hasta 104 atletas. En la Politécnica, a su vez, alrededor de 250 de sus alumnos son deportistas de primer orden.

El acceso universitario por cupo lo han llevado a cabo en la de Valencia 30 atletas de alto nivel, de entre una oferta de 268 plazas. Es la más alta entrada en los centros de estudios superiores por esta vía: la Politécnica cuenta con 17 accesos, la de Alicante con ocho, la Miguel Hernández con cinco y la Jaume I con una. Carreras como Fisioterapia y Educación Física son algunas de las más solicitadas por los estudiantes-atletas -hay más mujeres que hombres-, aunque pueden decantarse a otras tan dispares como Odontología y Periodismo. "Tenemos una subvención de 41.000 euros del Consejo Superior de Deportes", explica Antonio Iradi, "pero la Universitat de València añade 36.000 más y 18 matrículas gratuitas".

El plan está pensado para alumnos como David Pérez, de 26 años, respetado yudoca, medallista en diversos campeonatos de importancia, que forma parte del equipo preolímpico que se prepara para Pekín. "Participaré en caso de que le pase algo al representante español que es la primera opción", dice, "pero no dejo de prepararme". Es licenciado en Educación Física y ahora cursa Magisterio Infantil. Del programa universitario de ayuda, lo más complicado es "el asunto de los tutores y cambios de exámenes". Lo más sencillo, "el resto, especialmente las importantes facilidades para la utilización de todo tipo de material deportivo". "Es difícil compaginarlo", aduce, "pero del yudo no se puede vivir y es importante obtener una formación complementaria".

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