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Mas tacha de dictatorial el trasvase del Segre e irrita al tripartito

La CHE recuerda a Baltasar que no tiene competencias sobre el río

El presidente de CiU, Artur Mas, indignó ayer a los tres partidos que apoyan al Gobierno catalán al asegurar que el proyecto para hacer llegar agua al Llobregat desde el Segre se quiere hacer de forma "dictatorial". Mas, en Catalunya Ràdio, aseguró que el secretismo del Gobierno catalán para proyectar este trasvase de agua de un río es propio de "una dictadura disfrazada y adonarnada de democracia".

El tono de las palabras enervó al PSC, ERC e ICV, que acusaron al líder de la oposición de alentar la "crispación". Iniciativa pidió a Mas una rectificación en regla.

La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), responsable del sistema hidráulico de la cuenca del Ebro, al que pertenece el Segre, recordó que la Generalitat y el Departamento de Medio Ambiente, que dirige Francesc Baltasar, carecen de competencias para acometer las obras necesarias y captar agua de este río para llevarla a Barcelona. La CHE señala que, al tratarse de una actuación que afecta a dos cuencas, la decisión final corresponde al Ministerio de Medio Ambiente o al Consejo de Ministros. La CHE reconoció que el organismo hidráulico no tiene conocimiento oficial de ninguna propuesta del Gobierno de Cataluña para trasvasar agua desde la cabecera del Segre, a la altura del municipio de Prats, en la Cerdanya leridana, a través de la galería de servicios del túnel del Cadí.

La propuesta de abastecer el área metropolitana de Barcelona con agua del Segre, no ha dejado indiferentes a los usuarios de Lleida que tienen concesiones vigentes o en fase expectante, sobre todo a los futuros regantes del canal Segarra-Garrigues, en fase de construcción. El presidente de esta infraestructura, Josep París, considera que el agua del Segre es "intocable" en este momento porque los caudales están regulados y las reservas existentes en los dos embalses de su cuenca, Oliana y Rialb, están bajo mínimos. "Lo que tiene que hacer Barcelona es tapar los agujeros por los que se pierden 11 millones de litros diarios de agua", dijo.

El canal de Urgell, que riega 75.000 hectáreas, estaría dispuesto a ceder agua a Barcelona a cambio de compensaciones que consistirían en inversiones para modernizar sus infraestructuras de regadío. "No nos oponemos a un trasvase puntual, pero sí a uno permanente", señaló su presidente Ramon Carné.

Alejandro Domingo, del sindicato Uniò de Pagesos (UP), tampoco ve con malos ojos que se lleve agua a Barcelona si es para el consumo humano, aunque indica que el agua del Segre debería ser para garantizar los regadíos de Lleida. No obstante, señala que la Generalitat debería buscar otras soluciones y acometer con decisión las obras de modernización del canal de Urgell, ya que todavía aplica unos sistemas de riego muy anticuados.

Josep Carbonell, alcalde de Prats (CiU), donde la Generalitat prevé construir la estación de bombeo, declaró ayer que en las dos últimas semanas ha observado la presencia de topógrafos haciendo mediciones.

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